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Llévate sólo lo necesario

Hacer la maleta es una tarea difícil. En la mayoría de casos, la ilusión por el viaje que se avecina hace que no pensemos con toda la claridad con la que deberíamos y al final solemos llevar cosas que, antes de salir de casa, ya sabemos que no utilizaremos.

Problemas de espacio

Si se trata de un viaje largo o paradisíaco posiblemente te veas obligado a llevar una maleta grande, ya que sólo una toalla de playa ocupa mucho espacio. Pero cada vez son más las personas que optan por no facturar si es posible. Aparte de la comodidad que supone no tener que buscar al bajar del avión la cinta correcta, es una seguridad el tener el equipaje controlado y a la vista. Además, para qué negarlo, es un dinero que se puede ahorrar.

El inconveniente de no facturar está en las medidas reducidas de la maleta. En ocasiones nos podemos exceder en ser previsivos y pretendemos llevar con nosotros demasiados bártulos a causa del tan escuchado y repetido y si. Por ello, piensa claramente en qué es lo estrictamente necesario y no te cargues inútilmente.

Una buena táctica es pensar lo que quieres llevar unos días antes de hacer la maleta. Una lista te ayudará a ordenar tus ideas y a no olvidarte nada importante en casa.

¡Cuidado con el peso!

No consiste sólo en conseguir que todo quepa en la maleta, sino que además debes vigilar para no pasarte del peso establecido. En caso de que esto suceda pueden obligarte a pagar un excedente, y no es buena forma de empezar ni acabar un viaje.

En caso de no querer pagar siempre puedes optar por ponerte ropa encima. Nadie puede impedirte llevar más capas que una cebolla, y una vez dentro del avión te la puedes quitar y dejarla en los pies.

Sea como sea, el objetivo es disfrutar del viaje y que lleves todo lo necesario. Plantéate si te vale la pena facturar o no, pero ten en cuenta que tendrás que dejar un hueco libre para los souvenirs.

Fotografía de Mauro I Barea G en Wikipedia