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Tanabata, la noche de los deseos

Una fiesta tradicional japonesa en verano

A pesar de la llegada del calor, los japoneses no se pierden por nada del mundo sus fiestas de verano, un espectáculo con mucho encanto. Una de las más esperadas es la de Tanabata, que cae en el séptimo día del séptimo mes lunar (entre julio y septiembre, este año ha caído en 7 de julio). Esta es una celebración antigua y de orígenes diversos, con varios significados y una hermosa leyenda detrás: es la única noche del año en la que pueden encontrarse los amantes Orihime y Hikoboshi, representados por las estrellas Vega y Altair.

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Cuenta esta leyenda que Orihime, hija del emperador celestial Tentei, era una gran tejedora que elaboraba las más maravillosas telas. Un día, mientras estaba sentada a orillas del río del cielo (la VíaLáctea), se dio cuenta de que su labor la tenía tan ocupada que no había tenido tiempo de enamorarse nunca. Para aplacar la tristeza de su hija, Tentei preparó un encuentro entre Orihime y Hikoboshi (o Kengyuu, según versiones), el pastor de las vacas celestiales, que vivía al otro lado del río celestial.

Los dos jóvenes se enamoraron y se casaron; pero Tentei, al principio feliz por esta unión, se arrepintió al ver que, desde entonces, empezaban a descuidar su trabajo: Orihime dejó de tejer y Hikoboshi no se ocupaba más de sus vacas, que campaban sin vigilancia por el cielo. Así que el emperador separó a los dos esposos de nuevo en lados opuestos del río, prometiéndoles que se volverían a ver en la séptima noche del séptimo mes si no descuidaban sus obligaciones: en ese día, las urracas formaban un puente con sus alas para permitirles cruzar la VíaLáctea; de ahí que se diga que, si esa noche llueve, las urracas no vendrán y los enamorados no podrán verse.

La noche del Tanabata, la gente se viste con sus yukatas (kimonos de verano) y se dirige a los numerosos festivales al aire libre, que suelen consistir en puestos de comida y juegos como el de pescar peces con una red o tiro al blanco. Estos elementos son comunes a los festivales japoneses, pero el Tanabata tiene algunas características propias, la más significativa de las cuales consiste en colgar de un árbol los deseos escritos en papeles.

Esto último deriva de una celebración china importada por la emperatriz japonesa Kôken en el año 755: originalmente, lo que se escribía en los papeles eran las habilidades que uno deseaba perfeccionar (como la escritura o la confección de tejidos). En la era Edo (siglos XVII-XIX), esta celebración importada se mezcló con el festival del Obon, dedicado al culto de los antepasados, que habitualmente se celebraba una semana después. La característica más llamativa de este festival, la danza del Bon Odori, se ha convertido también en un elemento del Tanabata.

El Tanabata se ha convertido en uno de los festivales japoneses más famosos fuera de su país, practicado por las comunidades niponas en el extranjero y atrayendo en muchas ocasiones a la gente nativa para una velada de juegos, danza y diversión.

Fotografía de Atsi Otani en la Wikipedia.

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