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El origen de los calendarios
El 1 de enero no siempre fue Año Nuevo
¡Feliz año nuevo! Hoy es un día especial, el primero del año, que en muchas sociedades es un acontecimiento especial y marca el inicio de una nueva etapa. Pero no siempre tuvo el mismo significado, ni siquiera fue el primero del año.
El 1 de enero se convirtió en el primer día del año en el 47 aC, cuando Julio César modificó el calendario romano basándose en el egipcio. El nuevo calendario, llamado juliano por su creador, trasladó el primer día del año al 1 de enero, que era la fecha en la que los cónsules de Roma asumían sus cargos (hasta entonces, el año comenzaba el 1 de marzo, pues según la tradición fue en ese mes cuando se fundó Roma). El primer día de cada mes se llamaba kalendae (calenda), de lo cual deriva la palabra calendario.
Esta fecha, al margen de la importancia política que tenía en la antigua Roma, no era objeto de ninguna celebración popular. Quienes sí celebraban su Año Nuevo, aunque la fecha oscilaba entre enero y febrero, eran los chinos. Con ello festejaban el inicio del camino a la primavera (el nombre del festival, Chūn Jié, significa “Festival de Primavera”). Hoy en día, el Año Nuevo chino sigue siendo la fecha más señalada en su país de origen y en otros de Asia y Oceanía.
Pero los calendarios son mucho más antiguos. Uno de los primeros de los que se tiene constancia es el calendario egipcio, que ya existía en el tercer milenio antes de Cristo. Estaba dividido en tres estaciones de cuatro meses cada una, que se desarrollaban siguiendo el flujo de las aguas del Nilo: Ajet, la estación de la inundación (situada entre finales del verano y otoño), Peret, la estación de la siembra (entre invierno y principios de primavera) y Shemu, la estación de la recolección (entre finales de primavera e inicios de verano). Este calendario era solar, al contrario que la mayoría de los de la Antigüedad, que eran lunares, y es la base del calendario juliano.
El calendario que utilizamos ahora en los países occidentales es el gregoriano, basado en el juliano. Entró en uso en el año 1582, a iniciativa del Papa Gregorio III; las modificaciones que introdujo estaban destinadas a acabar con la movilidad de la mayoría las celebraciones religiosas y, en general, a dotar los periodos de tiempo con unas duraciones fijas (a excepción del año bisiesto). Muchos personajes y acontecimientos (Carlomagno, la Revolución Francesa, el régimen soviético) modificaron el calendario con posterioridad, pero el calendario gregoriano se ha conservado hasta nuestros días.
No podemos terminar este artículo sin hablar de la habladuría más famosa para este año que empieza. Como muchos habréis oído o leído, según el calendario maya se producirá un cambio de era el 21 de diciembre de 2012, fecha en la que coincidirán las tres “cuentas” o líneas temporales de dicho calendario y llegará al fin de su ciclo completo. Algunos dicen que el mundo se acabará ese día, otros que se producirá un acontecimiento extraordinario (la llegada de extraterrestres es la teoría más popular) y para la mayoría simplemente empezará un nuevo ciclo. Sea como sea, aún quedan 355 días para averiguarlo. ¡Entretanto, disfrutad del año nuevo!
Fotografías de la Wikipedia: Julio César y una estela representando el calendario maya.
