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Mérida, Capital Romana del Siglo XXI

Templos romanos, teatros, puentes y calzadas. Con algo más de 50.000 habitantes, Mérida se presenta al visitante como una ciudad extraordinaria desde el punto de vista cultural. El legado que implantó Roma en esta urbe, late aun hoy patente en sus calles, plazas y rincones.

La gran importancia que adquirió Mérida durante la época romana, la llevó a convertirse en una de las ciudades más importantes de todo el Imperio. Hoy en día se nota esa grandeza que perdura por todo el casco histórico.

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Teatro Romano en Mérida

Foto de cloudsoup en Flickr

La capital de Extremadura tuvo su origen como ciudad militar principalmente. En el año 15 a.C. se asentaron varias milicias, veteranas de las guerras contra los pueblos bárbaros del norte de Europa. Su cálido clima y su vegetación, hacían de la ciudad un lugar mágico para el retiro.

Inicio de la Ruta de la Plata

Mérida es también un punto importante del cristianismo. En sus calles se inicia la Ruta de la Plata, uno de los recorridos más concurridos que hay hasta llegar a la ciudad santa de Santiago de Compostela.

Uno de los mayores atractivos que se pueden ver en la capital extremeña son sus numerosos puentes romanos. Dos destacan sobre el resto. El puente sobre el Guadiana, con una longitud de 800 metros, uno de los más largos de la época romana y el puente sobre el Albarregas, por el que circula la ya citada Ruta de la Plata y que tiene una longitud de 125 metros.

En Mérida se encuentran el trío más importante de restos arqueológicos romanos encontrados en nuestro país. El teatro, el anfiteatro y el circo constituyen uno de los patrimonios culturales más importantes de la urbe y se conservan casi en su totalidad.

Teatro, anfiteatro y circo

De hecho, en el Teatro romano se realizan todos los años festivales y conciertos. La acústica es espectacular, a pesar de contar con un sistema instalado hace ya más de 2000 años.

Otro de los monumentos de la Mérida romana se sitúa en pleno centro histórico. Se trata del Templo de Diana, una construcción dedicada al culto imperial. Las treinta columnas sorprenden al viajero, que descubre la grandiosidad de Roma en sus propias carnes.

El viajero que llegue a Mérida encontrará una ciudad extraña en la que, la grandiosidad de la época romana se funde con el pobre urbanismo actual.

Aquellos que cruzan el puente sobre el río Guadiana, observando un magnífico atardecer con las vistas romanas al fondo, no se imaginan que en ese mismo punto empezó la grandiosidad de una de las ciudades más grandes que el mundo ha conocido.

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