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Las maravillas ocultas de Lahore

Pakistán es una tierra misteriosa, de la que la mayoría de nosotros poco sabemos, debido a que no es un país muy seguro para viajar. Surcado por valles y montañas, estos ocultan grandes maravillas que quedan envueltos en un halo de misterio, como todo en esa lejana tierra.

Una de estas maravillas se encuentra en la ciudad de Lahore, al este del país, cerca de la frontera con la India. Se trata del fuerte de Lahore y los jardines de Shalimar, inscritos por la UNESCO en la lista del Patrimonio de la Humanidad en peligro. Aunque el complejo engloba tanto los jardines como el fuerte, lo cierto es que son dos sitios diferenciados, cada uno con su propia historia.

Jardines de Shalimar 460x346 Las maravillas ocultas de Lahore

El fuerte es la construcción más antigua y obedece a una intención puramente militar. La primera mención inequívoca a la ciudad y al fuerte data de finales del siglo X, cuando Lahore forma parte del Imperio Gaznávida; aunque el geógrafo Tolomeo menciona en el siglo II una ciudad llamada Labokla, que podría corresponderse con Lahore. Sin embargo, el fuerte actual data de 1566, ya que fue reconstruido en tres ocasiones a causa de las guerras. Aunque no sea el original, sigue siendo una valiosa muestra de las fortalezas musulmanas del Lejano Oriente, con un estilo distinto del que se puede encontrar en Arabia o el norte de África.

El jardín, por su parte, es para muchos la auténtica maravilla del lugar. Fue creado en 1641, como un regalo del emperador Shah Janan a su esposa favorita, para quien construyó también la mayor joya de la Índia: el Taj Mahal. Los jardines se inspiran en la geografía de cinco lugares (Asia Central, el Kashmir, Persia, Punjab y Delhi) y pretendían (y consiguieron) reunir lo mejor de los estilos desde Asia central hasta la India. Existen otros jardines con este nombre en la ciudad de Srinagar, creados en 1619 y que ahora son un parque público.

Semejantes joyas se encuentran en peligro pues, a pesar de que tienen derecho al Fondo para la Conservación del Patrimonio de la Humanidad, su mantenimiento es complicado al encontrarse próximo a las zonas de influencia de las milicias talibanes, razón por la cual tampoco pueden beneficiarse de los ingresos del turismo. Unas joyas, pues, que restan ocultas entre las montañas y valles del misterioso Pakistán.

Fotografía de Ali Imran en la Wikipedia.

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