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Las cascadas de la llama eterna

¿Crees poder encontrar duendes?

La naturaleza nos obsequia a veces con espectáculos increíbles, que parecen mágicos. En el bosque de Chestnut Ridge Park, en el estado de Nueva York (cerca de la frontera con Canadá), encontramos un ejemplo de ello: las llamadas “cascadas de la llama eterna” (Eternal flame falls).

Cascadas de la llama eterna 460x345 Las cascadas de la llama eterna

Dicho nombre se aplica a unas cascadas tras la cual habitualmente arde una llama, aparentemente sin ningún combustible. En realidad, esta llama arde sobre una fractura en la roca que libera constantemente gas metano, el cual sirve de combustible. La pequeña gruta en la que se encuentra permite que el metano se concentre en cantidad suficiente como para causar la combustión.

Pero a pesar del nombre, la llama no es eterna, ya que según las condiciones meteorológicas se puede apagar (por ejemplo, si hace mucho viento o el caudal de las cascadas aumenta); sin embargo, basta encender una pequeña llama para que esta vuelva arder, cosa que hacen encantados los propios visitantes.

A pesar de que se trata de un fenómeno natural (aunque no por ello menos raro), no se puede negar que el encanto folklórico del lugar (un gran bosque) alienta las leyendas; incluso hay quien dice haber visto duendes merodeando por el lugar. Desde un extremo del bosque, se pueden ver las Cataratas del Niágara y la ciudad de Toronto (que se encuentra a unas dos horas en coche). Con este ambiente tan mágico, no es de extrañar que se considere a este bosque un lugar encantado, en el mejor sentido de la palabra.

Fotografía de Rory Szwed en la Wikipedia.

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