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La torre de Belém de Lisboa

Un pequeño castillo rodeado por el río Tajo y un gran parque arbolado. Una de las vistas más bonitas de la capital portuguesa se consigue desde este lugar. La torre de Belém es uno de los monumentos más famosos en Lisboa.

Torre de Belém en Lisboa

La torre de Belém se encuentra en el barrio homónimo de la ciudad, y se puede llegar fácilmente con el transporte público, ya sea autobús o tranvía. Lleva la firma del arquitecto Francisco de Arrula y es una perfecta muestra de la arquitectura manuelina, que se caracteriza por tener influencias islámicas y orientales. Su fachada es una mezcla harmónica de diversos elementos en la que destacan las torres de estilo mozárabe. Encontramos elementos decorativos naturalistas con cabezas de león, y otros como cuerdas esculpidas en piedra o escudos. Su construcción comenzó en 1514 y no terminó hasta seis años más tarde, a cargo de Diogo Botaica.

lisboa torre belem portugal La torre de Belém de Lisboa

Para acceder a la torre de Belém tendrás que cruzar por una pasarela desde la orilla hasta la puerta principal, un pequeño puente levadizo de esos que tan sólo vemos en las películas. Está compuesta por cinco pisos, y cada planta tiene su particularidad. En la segunda planta encontramos la sala de los reyes, donde además de contemplar un techo elíptico y una chimenea podemos asomarnos a un balcón y contemplar unas magníficas vistas del Tajo. Y es que, además de contemplar las salas, lo que verdaderamente vale la pena del la torre de Belém es apreciar las panorámicas que se consiguen desde todas las ventanas y terrazas.

Para llegar hasta arriba tendrás que subir por unas escaleras de caracol muy estrechas y empinadas de piedra. A no ser que estés muy en forma, llegarás cansado, pero la recompensa sin duda vale la pena. En lo más alto de la última planta el viento sopla con fuerza, y es desde aquí donde se podrás contemplar mejor los alrededores de la torre y darte cuenta de su verdadera grandeza.

En la torre de Belém podrás ver detalles curiosos como los fosos donde se tiraban  los prisioneros al mar o las torres de vigilancia, además de la rueda que hace que funcione el puente levadizo. Una torre llena de detalles que bien merece una visita si pasas por Lisboa.

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