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La preciosa abadía de Melk

Un castillo reconvertido en monasterio

Tiene fama de ser uno de los monasterios más bonitos del mundo; y, lo cierto es que es una fama merecida: la abadía de Melk, en Austria, es un auténtico tesoro. Situada en un acantilado del valle de Wachau, forma parte de un paisaje de postal con grandes vistas sobre el Danubio.

Abadía de Melk 460x286 La preciosa abadía de Melk

La abadía de Melk es un castillo reconvertido, concedido por el rey Leopoldo II a los monjes benedictinos en el siglo XI. Aunque su importancia fue notable ya desde el siglo XII (por su colección de manuscritos), no fue hasta el siglo XVIII que adquirió el aspecto que le daría fama: entre 1702 y 1736, el arquitecto Jakob Prandtauer dirigió una reforma profunda de todo el complejo monástico que lo convirtió en una delicia para la vista.

El aspecto más destacable de la reforma son los frescos que decoran la iglesia de la abadía y los de la biblioteca, obra de los artistas Johann Michael Rottmavr y Paul Troger, respectivamente. No menos impresionante es el aspecto exterior del complejo, de estilo barroco y colores cálidos, que dotan a los edificios de una apariencia muy digna.

La abadía forma parte del denominado “paisaje cultural de Wachau”, registrado en la lista del Patrimonio de la Humanidad, que se extiende desde Melk hasta la población de Krems, y que incluye un valioso patrimonio arquitectónico y paisajístico. El principal monumento del valle, aparte de la abadía, son las ruinas del castillo de Dürnstein, donde estuvo el rey inglés Ricardo Corazón de León estuvo cautivo.

El valle de Wachau se encuentra a tan solo una hora en coche desde Viena y es una visita absolutamente recomendable.

Fotografía de W. Hochauer en la Wikipedia.

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