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Las fortalezas dacias de las montañas de Orastia

El legado de un pueblo antiguo

Antes del apogeo romano, Europa estaba formada por una multitud de reinos y territorios independientes, con una organización política en muchos casos escasa. Uno de estos pueblos era el de los dacios, que ocupaban parte del territorio de la actual Transilvania. Este pueblo, como muchos otros, desapareció absorbido por la expansión romana, pero dejó un valioso y único legado: las fortalezas que protegían su territorio, ahora en ruinas.

Fortalezas dacias 460x345 Las fortalezas dacias de las montañas de Orastia

Las ruinas de las fortalezas dacias que se conservan están ubicadas en las montañas de Orastia, en Rumania. Son seis enclaves, uno de los cuales fue la capital de los dacios, y junto con las demás constituían una precaria defensa contra las legiones romanas. La característica de estas fortalezas es que tenían una triple función: militar, civil y religiosa. Los dacios eran un pueblo dela Edad del Hierro y sus asentamientos eran pequeños, pero aun así desarrollaron un estilo de construcción propio y sofisticado en comparación con sus vecinos, materializado en las fortalezas que levantaron a lo largo del primer milenio aC.

Las seis fortalezas estaban conectadas por una red de estructuras defensivas que salvaguardaba los caminos que iban de una a otra y, en conjunto, formaban un espacio protegido alrededor de la capital dacia, Sarmizegetusa Regia (que, a su vez, era una de estos seis enclaves). Cada una contaba con espacios claramente delimitados, principalmente divididas entre la zona residencial, el recinto sagrado y el perímetro fortificado (con las murallas y las construcciones defensivas). Una organización que podía prevenirles ante los ataques de otros pueblos vecinos, pero no frente al numeroso y entrenado ejército romano.

En el año 101 dC el emperador romano Trajano inició su ofensiva contra los dacios, cuya resistencia duró unos cuatro años (la Columna de Trajano en Roma refleja escenas de esta campaña). Tras su derrota, las fortalezas fueron reducidas a escombros y sobre los restos de la antigua capital, Sarmizegetusa Regia, se levantó una villa romana. El territorio estuvo en poder de los romanos hasta el año 274, cuando el emperador Aureliano lo abandonó frente a la presión de los pueblos godos y las fortalezas quedaron nuevamente desiertas.

Las fortalezas dacias de Orastia forman parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta categoría, sin embargo, no les garantiza la debida protección: a causa de la permisiva ley rumana en lo que a expolios culturales se refiere, las ruinas han sido presa de los buscadores de tesoros, que acuden a ellas en busca de objetos que luego puedan vender. Así, el poco y valioso legado de los dacios se va dispersando y perdiendo.

Fotografía de FDominec en la Wikipedia.

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