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El Pantéon de Roma: un templo divino

Uno de los puntos neurálgicos de la capital italiana

¡Seguimos con panteones! Y es que existen monumentos que, conozcamos o no esa ciudad donde se encuentran, sabemos bien cómo son y tenemos una clara idea de lo que representan. Hay edificios, parques o puentes que, prácticamente, no pertenecen a un país en concreto sino que podrían considerarse universales. Y esto es lo que ocurre con el admirado Panteón de Roma, una de esas obras que obviamente han de visitarse en un viaje a la capital italiana y uno de esos monumentos que quitan el hipo hasta tal punto que el mundo entero, y en épocas diferentes, lo convirtió en un modelo a seguir y en un punto de referencia en la historia de la arquitectura romana y universal.

Aunque es más conocido como Panteón de Roma, oficialmente es el Panteón de Agripa, una construcción legendaria situada en la Plaza de la Rotonda, en Roma, junto a las antiguas termas de Agripa. ¿Y quién era Agripa? ¿Por qué en la inscripción del friso del templo podemos leer este nombre?

Marco Vipsanio Agripa fue un general amigo y yerno del emperador Augusto, conocido como el político que embelleció con sus construcciones la capital del Imperio Romano. M AGRIPPA L F COS TERTIVM FECIT, o lo que es lo mismo “Marco Agripa, hijo de Lucio, cónsul por tercera vez, lo hizo”: es la inscripción del pórtico de entrada que atribuye la construcción de la obra a este político. No obstante, investigaciones recientes revelaron que el actual templo no es el que mandó a construir Agripa, habiendo sido éste destruido y reconstruido en época del emperador Adriano.

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Una cúpula única

Decía Stendhal del Panteón de Roma que era “el más bello recuerdo de la antigüedad romana, un templo que ha sufrido tan poco que aparenta estar igual que en la época de los romanos”. Inaugurado en el año 27 a.C., el Panteón de Roma asombra por su magnitud y, concretamente, la de su cúpula, una de las más grandes del mundo. Ésta, además, es característica por el óculo o perforación de 9 metros de diámetro, por el que pasa la luz y el agua de la lluvia, que cae directamente al pavimento del templo en donde hay desagües. Y si es impactante verla desde su interior, igual de espectacular resulta observarla desde cualquier mirador de la capital italiana. Otra cosa no, pero identificarla desde las alturas será muy sencillo.

Simbólicamente, la cúpula también tiene un papel importante. El Panteón de Roma fue concebido como un templo consagrado a las siete divinidades celestes de la mitología romana: los cinco planetas (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) y el Sol y la Luna. Lo circular de la esfera representaría la idea cosmogónica de Platón, una forma que no tiene principio ni fin, igual que el universo. Desde este templo, el hombre se uniría con la divinidad a través, precisamente, del óculo central de la cúpula, que comunica el cielo con la Tierra, y también con el emperador, visto como un dios para el pueblo.

Fotografía de Wikiarquitectura

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