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El Palacio de Versalles, la joya de la corona francesa

Versalles, el gran palacio de los reyes franceses. Residencia de la realeza y escenario clave de la Revolución Francesa, con estancias suntuosamente decoradas y uno de los más exquisitos jardines de Francia, Versalles es una visita obligada si vas a París. Situado en el municipio del mismo nombre, a apenas media hora de París, una buena opción es alquilar un coche e ir temprano, pues la visita puede fácilmente ocuparte todo el día.

El conjunto del palacio y los jardines de Versalles está compuesto de varias zonas, siendo las principales el Castillo, los Jardines del Trianon y el Parque del Castillo, donde se encuentran los dos canales (Gran Canal y Pequeño Canal) conocidos como La Cruz.

Map of Versailles in 1789 by William R Shepherd died 1934 460x345 El Palacio de Versalles, la joya de la corona francesa

Mapa de Versalles en 1789 por William R. Shepherd

La visita al Castillo puede ocupar perfectamente toda la mañana, pues además de admirar la belleza de sus interiores es muy recomendable pararse a escuchar las audio-guías o leer los folletos explicativos de cada habitación. Tómate tu tiempo para descansar cuando veas alguno de las codiciados asientos, pues el recorrido es largo y a medida que el cansancio apremia las ganas de prestar atención disminuyen y sería una pena irse sin sacar el máximo provecho a la visita. Entre las estancias más destacadas están las de los Grandes Aposentos del Rey, los Grandes Aposentos de la Reina y, tal vez la más admirada: la Galería de los Espejos, el hall central del palacio, con sus diecisiete arcadas de veintiún espejos cada una, dando un total de 357 espejos.

Por su parte, los jardines no merecen ser dejados aparte, especialmente si el día es soleado (pierden bastante cuando hace mal tiempo). Son muy grandes, más incluso que el Castillo en conjunto, pero con la diferencia de que no vas parándote cada 10 metros. Cada uno es único en sí mismo y distinto a todos los demás, por lo que no te cansas más que físicamente. Se podrían destacar algunos lugares más famosos, como la Orangerie, el Laberinto del Bosque de la Reina o el Gran Canal, pero sin desmerecer a los demás pues, repito, cada uno es único a su manera.

Versalles nació como refugio de caza del rey Luís XIII. En sus inicios, a principios del siglo XVII, era un simple castillo de caza, de estilo sobrio y un lugar no muy hermoso para vivir pues estaba situado entre dos pantanos. Fue su sucesor, Luís XIV, quien se enamoró de Versalles y lo convirtió en un palacio y un lugar de reinado. Versalles seguiría siendo el centro real del gobierno de Francia hasta que en 1789, con la Revolución Francesa, el rey y su familia se vieron obligados a abandonar el palacio. Ese hito marcó el inicio del ocaso de Versalles, hasta que sus puertas fueron abiertas a los turistas, la luz inundó de nuevo sus galerías y habitaciones, y el palacio se llenó de nuevo con la vida que tenía siglos atrás.

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