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El Manneken Pis, un símbolo peculiar

Si hay un símbolo de la ciudad de Bruselas ése sería el Manneken Pis, la inconfundible estatua de acero de un niño orinando.  Ubicada en el cruce de la Rue de l’Étuve y de la Rue du Chêne, es visitada por la mayoría de turistas que acuden a la capital belga. Muchos de éstos, en cambio, muestran su decepción por las reducidas dimensiones del símbolo, de escasos cincuenta centímetros. Y es que este emblema no sólo puede verse en la estatua, sino que también es común ver en la ciudad figuritas de chocolate u otros dulces del tan gracioso niño.

El Manneken Pis no es un actual producto del turismo. Ya en el siglo XV existía una estatua hecha en piedra parecida, aunque ésta había sido robada en algunas ocasiones. En uno de los hurtos, la figura fue reemplazada finalmente por una estatua, esta vez de bronce, realizada por el escultor barroco Jérôme Duquesnov. Fue después del bombardeo de la ciudad por parte de los franceses – en que los habitantes de Bruselas se encargaron de protegerla- cuando se inscribió bajo la estatua la siguiente sentencia: In petra exaltavit me, et nunc exaltavi caput meum super inimicos meos (El Señor me levantó sobre una roca, y ahora elevo mi cabeza sobre mis enemigos).  En 1960, debido a otro robo de la estatua, se colocó finalmente una réplica, que es la que se conserva en la actualidad.

manneken1 344x460 El Manneken Pis, un símbolo peculiar

Contemplar el Manneken Pis desconcierta a quien, esperándose una gran obra, se encuentre con la simpática estatuilla del niño orinando. También lo hace por las diferentes leyendas que explican su significado, todas diferentes las unas de las otras. La que parece estar más fundamentada es la que cuenta que la estatua  conmemora a Juliaanske, un niño que salvó la ciudad al apagar con su micción la mecha que habían encendido los asaltantes para derrumbar las murallas de la ciudad.  Otra leyenda explica que un importante soberano de Bruselas perdió a su hijo y prometió regalar a la ciudad una estatua del niño tal y como lo hallaran. Las personas que se lo encontraron lo hicieron mientras el hijo orinaba, con lo cual el padre mandó esculpir la obra del niño manteniendo esa acción.

Para los insatisfechos con la obra, siempre se puede visitar otra muy parecida, ésta en femenino. Construida en 1987, la Jeanneken Pis representa a una niña orinando en cuclillas, también de unos aproximadamente cincuenta centímetros y tallada en piedra caliza azul grisácea. Como anécdota, y aunque hoy en día se trata de agua, antiguamente el líquido podía ser sustituido durante las grandes fiestas de la ciudad por vino o cerveza bruselense. Además, el Manneken Pis puede ser vestida con varios disfraces, siendo el de Santa Claus un habitual de la Navidad.

manneken2 460x345 El Manneken Pis, un símbolo peculiar

Foto 1 de Wikipedia

Foto 2 de Wikipedia

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