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Belfast, resurgiendo de la violencia

Como muchos ya saben, la Isla de Irlanda está dividida en dos. No entraremos en los hechos históricos que propiciaron ese hecho, pero la cuestión es que contamos con Irlanda del Norte e Irlanda del Sur como dos entidades autónomas e independientes. Tanto es así que incluso tienen moneda diferente. ¿Y por qué comentamos esto? Es importante tenerlo claro para conocer el destino que presentamos: Belfast.

Belfast es la ciudad más grande de Irlanda del Norte que a su vez hace de capital. También puedes tener en cuenta que sólo Dublín la supera en tamaño en toda la Isla de Irlanda. Se encuentra en la coste este, y como dato curioso podemos decir que al noroeste topa con unas colinas entre las que se encuentra Cavehill, de la que ya hablamos ayer. Esta colina tiene importancia porque se cree que inspiró la novela de Los viajes de Gulliver, del escritor Jonathan Swift. Él imaginaba que la colina tenía forma de un gigante que dormía y protegía la ciudad.

Para llegar lo más fácil es coger el avión, ya que cuenta con aeropuerto. La otra opción, también muy utilizada, es llegar desde Dublín, ya que suele costar más barato volar hasta este segundo destino. Una vez allí, hay varios autobuses y trenes que hacen el recorrido o incluso se puede optar por alquilar un coche barato e ir hasta allí. Puedes utilizarlo para hacer una ruta por el país, una opción sin duda muy acertada.

Belfast es una ciudad llena de historia que ha sabido convertir sus décadas de conflicto en oportunidades para situarse ahora como un destino lleno de vida que es capaz de llamar a cientos de turistas. Descubre, por ejemplo, que fue el lugar donde se construyó el mítico Titanic. La ciudad se encuentra al oeste del lago de Belfast y en la desembocadura del río Lagan, por lo que era una localización idónea para la industria naval. ¿Qué mejor lugar para construir un barco memorable en 1912?

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Pero lo relacionado con el Titanic y Los Viajes de Gulliver no son los únicos aspectos llamativos de Belfast. La ciudad tiene numerosos puntos de interés para los turistas, como por ejemplo el característico Ayuntamiento de Belfast. Éste es de estilo eduardiano, y lo más simbólico es su cúpula de 53 metros de altura.

Todos los interesados por la historia quizás quieran pasarse por los lugares que fueron noticia por ser foco de violencia. Todavía están levantados los muros de ladrillo y hormigón que servían para separar los barrios católicos y protestantes. En la zona oeste de la ciudad, donde predominan los habitantes católicos, hay pintadas que claman mensajes como ¡Abajo la Riena! o ¡Viva Irlanda! En cambio, en la zona este, donde la mayoría de la población es protestante, los grafitis son ¡No nos rendiremos! o ¡Aquí no hay Papa ni papado!

Fotografía de Wikipedia

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