Cuando vamos de viaje, es normal llevarnos recuerdos de los lugares que visitamos: Tazas, postales, camisetas o imanes para la nevera son algunos de los más comunes. También son habituales, en ciudades o países cuyo símbolo es un animal, los peluches del animal en cuestión. Luego están los que intentan entrar en alguna de estas descripciones pero que directamente pasan a la categoría de horteras, léase cualquier intento poco afortunado de los anteriores: me vienen a la memoria unos toros de peluche que recientemente vi en las ramblas de Barcelona y que parecían llevar dos jarras de sangría de lo poco agraciados que eran; o unas horribles góndolas de Venecia que parecían sacadas de un todo a 100.

Sin embargo, el mundo del coleccionismo de recuerdos es mucho más amplio. Hay otras cosas mucho menos habituales de coleccionar, por ejemplo sobrecitos de azúcar, papeles de las chocolatinas, servilletas o manteles de papel con dibujos. ¿Por qué no? Son recuerdos baratos (a veces incluso gratuitos), variados y que además cambian cada cierto tiempo: en las autopistas francesas, cada año puedes encontrar nuevos “modelos” de terrones de azúcar con motivos distintos: un año de vacas, otro de flores… Los papeles de las chocolatinas suizas incluso están numerados, para que sepas cuáles te faltan. ¡Incluso puedes hacerte álbumes!

Con este tipo de colecciones hay que tener cuidado, pues en verano pueden criar hormigas. Los papeles de las chocolatinas, si son plastificados, pueden lavarse. El caso de los azúcares ya es más complicado, pues los envoltorios suelen ser de papel fino y se estropea en contacto con el agua, por lo que es recomendable pedir uno para guardar sin abrir o, si son terrones, pasarle un dedo humedecido (sólo humedecido, no empapado) con colonia u alcohol.

Una colección que mucha gente hace es la de monedas y billetes de otros países (o del propio, ¿quién no guarda aún monedas de cinco duros?). En este caso no sale tan barato, dependiendo del país al que vayas: una cosa es guardar una moneda de 2 euros y otra un billete de 20 libras, que son casi 30 euros. La opción cutre cuando no puedas permitírtelo es sacar una foto, como recuerdo de que lo tuviste.

Colecciones hay centenares y para todos los gustos. ¿Y tú, qué coleccionas?