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Miedo a volar

Seguro que algunos de los que vais a leer este artículo sufrís de este mal, “miedo a volar” más extendido de lo que algunas veces se piensa, pues hoy me he enterado de que son 1 de cada 5 personas las que tienen miedo a volar en avión.

Foto de en Daquella manera Flickr

He recopilado alguna información sobre el tema y algunos consejos que puedan seros de ayuda, y mucho ánimo, que debe de ser una puñeta.

De entrada, está claro que el miedo a volar no es un miedo racional, ya que por porcentaje es bien sabido que es el medio de transporte más seguro que existe. Otro tema importante es saber que es realmente el miedo a volar; porque el límite entre el miedo a volar y la fobia existe, y en una entrevista muy completa que he encontrado en la red a un psiquiatra argentino llamado Claudio P. Plá, explica esto y otros muchos temas.

De entrada existen miedosos asumidos y no asumidos. El miedoso no asumido es aquel que tiene síntomas pero al preguntarle ¿lo que tú tienes es miedo? contesta algo como “no lo llamaría miedo, no me gusta, me produce desagrado, tengo malestares físicos, pero no miedo”.

En cuanto a quien puede padecer el miedo a volar leo un un blog que en muchos casos este problema le sucede a personas con un nivel intelectual medio alto con cargos de responsabilidad en su trabajo; sin embargo este psicólogo dice que generalmente el miedo a volar se dispara en momentos de crisis vitales, especialmente entre los 35 a 45 años, y también tiene que ver con el aumento de estrés en el trabajo, cuando las responsabilidades empiezan a ser mayores.

Los síntomas pueden ser los ya conocidos: taquicardia, sudoración, sensación de falta de aire, sensación de ahogo, diarreas, vómitos, temblores …

Algunos consejillos:

• Respiración y Relajación. Trata de respirar profundamente. Una buena idea es practicar y controlar la respiración. Especialmente la respiración abdominal. Trata también de practicar algunas técnicas de relajación.
• No llegues al avión con hambre, el estrés consume glucosa y hay que tomar hidratos de carbono en las horas previas al vuelo. La comida del avión, si hay nervios, es recomendable no comerla ya que generalmente es comida recalentada, con un alto contenido en bacterias.
• Llegar descansado al avión. Algunos piensan que es mejor quedarse sin dormir la noche anterior y así llegar muertos de cansancio al avión, y así seguro que se quedarán dormidos; pero al parecer esto es falso, porque la reactividad del sistema nervioso se incrementa y es aún peor.

Bueno, yo lo he resumido como he podido, para aquellos que estéis interesados en saber más sobre el tema os dejo el enlace a psicocentro.com también os dejo otro enlace a un artículo fantástico del gran Gabriel García Marquez que publicó en 1980 en El País titulado “Seamos machos: hablemos del miedo al avión“