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Chengde, la residencia estival de los emperadores Qing
Los emperadores también pasaban calor
Una de las ventajas de ser emperador es que uno puede construirse palacios aquí y allá con cualquier excusa. Como en Pekín hace mucho calor en verano, los emperadores Qing decidieron construirse un palacio en las montañas para estar más frescos, algo que hoy debemos agradecerles pues somos los turistas quienes los disfrutamos ahora.
La residencia de montaña de Chengde se encuentra en la ciudad homónima, en la provincia de Hebei, al este de China. La elección del lugar es muy adecuada ya que se encontraba cerca de Pekín, pero a la vez presentaba un entorno completamente distinto, en las montañas y próximo al mar, ideal para relajarse y huir del bullicio de la capital.
El complejo consta de un palacio, jardines y pagodas; y está considerado uno de los más bellos exponentes del arte paisajístico chino, por la variedad de estilos que se pueden apreciar, originarios de varios lugares del país. En total abarca un área de 5’6 kilómetros cuadrados, que merece la pena explorar con calma. A lo largo de los caminos se encuentran 72 paisajes representativos de los dominios del vasto imperio chino.
En las cercanías del palacio hay varios templos de una gran calidad artística. Entre estos destaca el Templo de la Felicidad Universal, inspirado en la residencia tibetana del Panchen Lama. Es famoso por la rica ornamentación de su entrada y la enorme estatua de la diosa Guanyin, con 22 metros de altura y 42 brazos.
Semejante obra de arte tardó su tiempo en construirse, nada menos que 89 años (de 1703 a 1792), pero no cabe duda que el esfuerzo valió la pena. El complejo palaciego y los templos de Chengde forman parte del Patrimonio de la Humanidad y son uno de los lugares más visitados de las cercanías de Pekín (unos 230 kilómetros, que se recorren en menos de 3 horas alquilando un coche).
