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La Villa de Adriano, un lugar de retiro… con todas las comodidades

El paraíso de cualquier jubilado

El emperador romano Adriano tenía fama de viajero, y bien merecida: de sus 21 años de reinado, 12 los pasó fuera de Italia, recorriendo los territorios del imperio y empapándose de su cultura. Tal vez por eso, a su regreso en Roma se sintió cansado y decidió hacerse construir un tranquilo lugar de retiro… de 1 kilómetro cuadrado, más o menos.

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La Villa de Adriano, situada en Tívoli, cerca de Roma, es uno de los conjuntos arquitectónicos más vastos y prolíficos de la época romana. Esta enorme villa tenía de todo, no sólo habitaciones y baños, jardines y estanques (lo normal, vaya), sino también bibliotecas, templos y un teatro. Un lugar de retiro magnífico, por lo que no es de extrañar que ya aún mientras gobernaba trasladase su corte allí.

Una visita a la villa es uno de los viajes más completos que se puedan hacer a los tiempos de los romanos. En ella se encuentran influencias de todos los rincones del imperio, desde las estatuas hasta los edificios, desde Egipto hasta Grecia. Incansable viajero, Adriano recogió ideas de sus viajes para aplicarlas a su villa. Una anécdota cuenta que, al enseñarle el proyecto al destacado arquitecto Apolondro de Damasco cuando aún no era emperador, este se burló de las cúpulas y le dijo a Adriano: “Vete y dibuja tus calabazas. No sabes nada de asuntos arquitectónicos.” Para su desgracia, cuando Adriano subió al trono se acordó de este episodio y lo mandó al exilio; pero se ve que le dolió en el alma pues, no contento con esto, más tarde lo hizo ejecutar. Ya sabéis, arquitectos, cuidado con lo que decís a vuestros clientes…

Actualmente es una de las atracciones turísticas más importantes de Tívoli, una población que destaca en cuanto al número y valor de los yacimientos arqueológicos, como el Templo de Vesta o las ruinas del Santuario de Hércules. Pero la Villa de Adriano sigue siendo el vestigio romano más conocido de la localidad y también el más impresionante: a pesar de las ruinas, uno puede imaginarse la vida que albergó en su tiempo.

La UNESCO declaró la Villa de Adriano Patrimonio de la Humanidad en 1999, aunque en 2006 la añadió a la lista del Patrimonio en Peligro debido al rápido deterioro de las ruinas. Como a tantas otras cosas, la crisis está pasando factura a los programas de conservación, a pesar de que esta es una de las villas romanas más grandes que se conservan y de que aún queda por explorar buena parte de su área. Una lástima, ciertamente, pues maravillas como esta han podido sobrevivir tantos siglos hasta ahora que existen los métodos para conservarlas, casi como si hubieran estado esperando.

Imagen: Reconstrucción de la Villa de Adriano.

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