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Tallin, histórica y preciosa ciudad de Estonia

¿Sabes quién es el viejo Tomás?

¿Qué conoces de Tallin, la capital de Estonia? La verdad es que la ciudad, situada al norte del país, a orillas del golfo de Finlandia, es prácticamente una desconocida entre todas esas ciudades de los países bálticos que a nosotros tan lejos nos quedan. No obstante, y precisamente por lo poco que sabemos de estas localidades, merece la pena hoy detenerse en una de las ciudades más bellas del noreste de Europa. Y es que sus calles y edificios aún guardan parte de la historia de Tallin, de sus leyendas, de sus secretos y de sus récords, puesto que incluso en esto Tallin tiene algo que decir, al menos en años pasados.

Tallin ha sufrido un impactante cambio –para bien- en las dos últimas décadas gracias a los prósperos tiempos conseguidos gracias al turismo y su apuesta por las nuevas tecnologías tras la independencia de Estonia. No obstante, hoy nos centramos en su casco antiguo, llamado Vanalinn, por su imperturbable belleza y estado de conservación, sin duda el mayor atractivo turístico de la capital estonia.

Y es que el casco antiguo, centro indiscutible de la ciudad, es conocido por sus torres y construcciones medievales, típicas de cualquier ciudad medieval, envueltas de estrechas -a la par que bonitas- calles adoquinadas que confluyen y desembocan en el punto neurálgico de la Ciudad Vieja, la plaza del Ayuntamiento. Así, muchos aseguran que bien podría haber sido el centro histórico de Tallin escenario de cualquier cuento de hadas, en el que también habrían estado presentes antiguas casas de comerciantes e históricos almacenes, dándole personalidad a la ciudad.

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Un Tallin de récords

Hablando de comercios, no podemos dejar de citar una farmacia situada en la zona norte de Tallin que podría ser, junto con una ubicada en la localidad croata de Dubrovnik, la farmacia más antigua del mundo. Y es que aunque la fachada del comercio data del siglo XVII, hay documentos que revelan que el comercio habría estado en servicio al menos desde 1422.

Y siguiendo con los récords, tampoco podemos dejar de mencionar la iglesia de San Olaf, cuya altura, de 124 metros, le sirvió para coronarse desde 1549 hasta 1625 como el edificio más alto del mundo. Construida en el siglo XII y dedicada al rey noruego Olaf II, su presencia podría explicarse por la necesidad de contar con un símbolo lo suficientemente impactante en la ciudad, así como también para poder ver desde él el mar, en aquel entonces tan importante para el comercio de Tallin.

La leyenda del viejo Tomás

Erase una vez en la antigua ciudad de Tallin un concurso realizado cada primavera consistente en derribar de un disparo un papagayo de madera situado en un poste. Aunque estaba reservado únicamente a los varones de las familias nobles, un año en que ninguno de los participantes fue capaz de conseguirlo un pobre joven llamado Tomás decidió lanzar la flecha. Ésta tiró al papagayo de un plumazo y pronto, a pesar de no ser de la condición social necesaria, se convirtió en soldado experto y prácticamente en un héroe del país.

La anécdota es que años después, los habitantes de Tallin se dieron cuenta de que la figura situada en lo alto del Ayuntamiento, era muy pero que muy similar al soldado de origen humilde que había sido capaz de derribar al papagayo con sólo un tiro. Por ello, a esta especie de hombrecillo con bigote le empezaron a llamar Viejo Tomás y hoy podría ser considerado símbolo de la ciudad de Tallin.

Fotografía de Wikipedia

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