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Ripoll regresa al siglo XVIII

Ascensión Ortega e Ignasi Mas renovarán sus votos este domingo de una manera muy especial. Este matrimonio ha sido el escogido para ser el protagonista de la Boda Campestre, una celebración que escenifica un enlace tradicional del siglo XVIII en la montaña dentro de un homenaje a las tradiciones históricas y culturales de la comarca del Ripollés.

El pueblo se viste con sus mejores galas de antaño para celebrar la Fiesta Nacional de la Lana y Boda Campestre, que cuenta ya con su 45 edición y cuyo objetivo es, según Marc Grifell, organizador del evento, «recuperar las tradiciones». Un amplio abanico de actividades para recrear las costumbres de la vida rural en una fiesta que este año se ha visto atrasada una semana por su coincidencia con el fin de semana electoral.

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Los novios volverán a darse el sí quiero después de 25 años de casados con unos padrinos de lujo: Núria de Gispert i Català, la actual presidenta del Parlament de Cataluña, y el reconocido periodista Josep Puigbó. Un enlace real con la presencia de los vecinos de Ripoll que recoge las costumbres de la población de alto poder adquisitivo del siglo XVIII en el momento de la celebración del enlace entre el heredero y la pubilla campesinos.

El vestuario de la boda se confecciona especialmente para la fiesta. El vestido de la novia es uno de los secretos mejor guardados y habrá que esperar hasta el domingo para poder verlo. La tradición de mantener la incógnita se cumple a la perfección, y todo apunta a que tan sólo tres personas saben cómo será. «Mi mujer me dijo que era rojo, luego que era verde, iba cambiando de color», comenta divertido Ignasi, que no sabrá si alguna de esas extravagancias será real hasta el día del enlace.

Antes del enlace, todo aquel que lo desee podrá pasar por por las exhibiciones para ver los distintos oficios relacionados con la lana. Además, en la Plaza del Ayuntamiento tiene lugar el concurso de trasquilar ovejas, abierto a pastores de toda la península, y al que en alguna ocasión han acudido de las comunidades de Aragón o Navarra. Son pastores «con mucha maña», y Grifell apunta a que pueden llegar a trasquilar hasta a 6 ovejas por minuto.

En la Fiesta Nacional de la Lana y Boda Campestre, declarada interés turístico nacional, encontramos además el mercado agroalimentario para dar a conocer productos de la gastronomía de la comarca. Y para experimentarlo de primera mano, qué mejor que probar el almuerzo de Pastor, en el que no puede faltar la llonganiseta, el pà amb tomàquet o las habas secas.

Fotografía de Dolors Rifà

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