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¿Qué es el síndrome de la clase turista?

En los viajes largos…¡cuidado con la inactividad!

Los viajes no siempre conllevan cosas positivas, aunque claro está, éstas le ganan a los aspectos negativos; por ello las vacaciones se consideran el mejor periodo del año. Entre aquellos pequeños problemas que pueden surgir en un viaje –dejando a un lado las pérdidas de maleta, los retrasos de los vuelos, etc.-, está el del síndrome de la clase turista, una serie de hábitos relacionados con el acto de viajar y que pueden acabar desencadenando en una grave enfermedad que, de por seguro, debemos intentar evitar.

Fue a finales de los años 1990 que se acuñó el síndrome de la clase turista, detectándoselo en personas que realizaban largos viajes de avión. En ellas se veía que tenían un mayor riesgo de sufrir trombosis, sobre todo la denominada como trombosis venosa profunda, pudiendo acabar en un tromboembolismo pulmonar, provocado por una obstrucción arterial pulmonar.

sindrome clase turista ¿Qué es el síndrome de la clase turista?

Sí, a priori estas posibles complicaciones asustan. Pero… ¿cómo puede ser que de un viaje en avión pueda aparecer una enfermedad tan preocupante? Parece ser que la principal causante podría ser la escasa movilidad en los vuelos de larga duración, así como las condiciones de cabina y  algunos factores de riesgo individuales.  Y es que, durante los viajes, la escasa movilidad dificulta el retorno venoso, pues la sangre no fluye con normalidad. Además de piernas entumecidas o tobillos hinchados, pueden aparecer coágulos que obstruyan el flujo sanguíneo, lo que provocaría la trombosis pulmonar al ‘viajar’ uno de esos coágulos hacia los pulmones.

¿Los síntomas? Dependen del tamaño del coágulo. Si es pequeño incluso puede no percibirse o manifestarse como un leve dolor en el pecho y dificultad para respirar. En caso de ser un embolismo masivo, las consecuencias podrían ser tan letales como la muerte súbita. Bien, está claro que nadie quiere que unas vacaciones acaben en algo tan terrorífico.

Así pues, conocer las medidas preventivas para el síndrome de la clase turista será todo un seguro de tranquilidad para cualquier viajero. Algunas de ellas son las siguientes: moverse por el pasillo del avión cada hora, ajustarse la ropa sin que impida la circulación, beber abundante agua y hacer ejercicios de los músculos de la pantorrilla entre otros. Si no te acabas fiando, incluso una aspirina podría servir como prevención, sobre todo en aquellas personas con alto riesgo de trombosis.

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