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Menorca, sinónimo de belleza natural

Menorca, es la hermana pequeña de Mallorca, pero no por ello desmerece su inmensa riqueza. Menorca, situada en pleno Mar Mediterráneo, se abre ante los visitantes con la espectacularidad de su clima, playas e historia difícil de igualar. Esta ínsula de película, menos conocida que Mallorca e Ibiza, tiene mucho que mostrar.

cala menorca foto wikipedia j braun Menorca, sinónimo de belleza natural

Cala de Turqueta (Ciudadela) en Menorca

Menorca abre todos sus escenarios a los sentidos. La gran variedad de actividades que ofrece esta isla se dan en torno a unos parajes privilegiados, la mayoría de ellos naturales, que otorgan un carácter mágico.

De hecho, la isla de Menorca fue declarada Reserva de la Biosfera en 1993 por la UNESCO. Una distinción que recoge la armonía con la que han vivido a lo largo de los siglos los menorquines y sus visitantes con el entorno existente.

Un ambiente natural inigualable

Menorca es grandiosa, no por su extensión, sino por la riqueza natural que contiene. Su paisaje mediterráneo es merecedor de haber servido como escenario para numerosas películas proyectadas en la gran pantalla.

En Menorca todo fluye de forma inusual, inesperada y tranquila. Sus habitantes, expuestos a tanta belleza natural, se han contagiado de este ritmo. No sólo ellos, puesto que los visitantes quedan ensimismados y atrapados en este laberinto de belleza natural.

Sus playas se convierten en uno de los tesoros más preciados. Pequeñas calas de arena fina y blanca abundan en toda la costa. Cada una de ellas tiene un carácter único y personal. Desde las más concurridas con servicios turísticos hasta las casi desiertas en la que disfrutar del sol y de toda la belleza del mar para uno mismo.

Historia y cultura, presentes en la isla

La historia también está presente en las ciudades menorquinas. Mahón y Ciudadela, sus más importantes urbes, albergan ese carácter marinero que siglos atrás se encargaron de construir los antepasados.

Sus construcciones megalíticas y sus fortificaciones que en su pasado fueron emblemas de la isla, convierten a Menorca en un museo al aire libre. Otros de los monumentos a destacar son los poblados talayóticos. La magnitud de las piedras utilizadas convierten en un misterio estas impresionantes construcciones.

El legado cultural que ofrece es directamente proporcional a la pasión de su gente por la tradición. Museos, fiestas populares y festivales de música hacen patente la importancia de la cultura en esta isla mediterránea.

Por todo esto, Menorca se ha convertido en uno de los destinos turísticos más sorprendentes de toda España. La calidez de su gente, sus playas de aguas templadas y su historia y cultura la convierten en un lugar único.

Foto de J. Bran en la Wikipedia

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