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Menhires y otros pedruscos

Cuando uno piensa en menhires probablemente le viene a la cabeza la imagen de Obélix, el galo creado por René Goscinny y Albert Urdezo, que se dedicaba a su talla y reparto. Sin embargo, esto es un anacronismo ya que los menhires son construcciones propias de la prehistoria, al igual que todas las demás formas de megalitismo.

Dolmen de Mores 345x460 Menhires y otros pedruscos

El nombre de megalito proviene de las palabras griegas mega (grande) y lithos (piedra) y se asocia a un amplio número de construcciones realizadas con enormes piedras entre el periodo Paleolítico y la Edad del Bronce. Resulta curioso que, a pesar de haber tenido lugar en la etapa de la historia (más bien prehistoria) donde las comunidades tenían menos conocimiento las unas de las otras, se trate de uno de los pocos tipos de construcción que encontramos en todo el planeta: desde Europa hasta Japón pasando por África, e incluso en algunos puntos de América, encontramos todo tipo de construcciones realizadas con enormes piedras.

Las más comunes en Europa son los menhires (rocas colocadas verticalmente) y los dólmenes (consistentes en varias losas verticales sobre las cuales se apoya una en posición horizontal). Estas son probablemente monumentos funerarios, ya que a menudo a sus pies se encuentran tumbas con restos humanos o cerámicas. En algunos lugares se encuentran grandes conjuntos de este tipo de megalitos, que correspondrían a necrópolis prehistóricas.

Hay algunos conjuntos megalíticos que han ganado fama por sí mismos. De entre estos el más famoso es sin duda Stonehenge, en el sur de Inglaterra, del que hablaremos más extensamente mañana. Otro, con no tanto renombre, son los llamados Alineamientos de Carnac, en la Bretaña francesa: un conjunto de unos 4000 menhires repartidos a lo largo de 40 hectáreas. Otros destacan por su aspecto, como el dólmen Sa Coveccada de Mores, en Cerdeña.

El megalitismo no es solamente un fenómeno de interés arqueológico, sinó también un gran foco de atracción turística en aquellos lugares que poseen construcciones especialmente significativas como Stonehenge, cuantiosas como Carnac o hermosas como Sa Coveccada. Al pasearse junto a esas enormes rocas uno no puede evitar maravillarse de cómo las gentes prehistóricas, con sus escasos medios, pudieron erigirlas y darles, en algunos casos, un aspecto tan impresionante.

Fotografía de Zagordemores en la Wikipedia.

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