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El mágico Fujisan

Más que una montaña

Es la montaña más famosa de Japón, considerada sagrada durante milenios. Su figura perfecta, reflejada en el agua o enmarcando un paisaje de cerezos floridos en primavera, ha inspirado a pintores, fotógrafos y toda clase de artistas. El Monte Fuji (Fujisan en japonés, a veces mal referido como Fujiyama) es todo un símbolo del país nipón y posiblemente su destino turístico natural más importante.

Fuji Sunrise Kawaguchiko 460x345 El mágico Fujisan

El Fujisan es la montaña más alta y famosa de Japón, reproducida mil veces en postales, grabados e incluso en los billetes de 1000 yenes. Se trata de un estratovolcán (formado por diversas capas, de forma cónica, que se superponen una sobre otra), aún activo, aunque su última erupción se remonta a 1707. Algunos japoneses califican la imagen del volcán reflejado en las aguas como la más hermosa del mundo, aunque muchas veces el cielo está nublado y no lo permite.

Está situado en medio del área conocida como los Cinco Lagos (Kawaguchi, Motosu, Saiko, Shoji y Yamanaka), ubicada en el Parque Nacional de Fuji-Hakone-Izu. Se puede llegar desde Tokyo mediante varios trenes (incluido uno muy simpático/cutre según gustos, con caricaturas del Fujisan). La excursión merece la pena si hace buen tiempo (si no, es bastante posible que al llegar os llevéis la desagradable sorpresa de que las nubes impiden ver la cumbre, así que conviene informarse bien de la previsión meteorológica).

Los japoneses solían decir que subir al Fujisan una vez en la vida es de sabios, pero que hacerlo dos veces es de tontos; ello se debe, probablemente, a la dificultad que suponía escalarlo en los tiempos antiguos. La ascensión a la cima (situada a 3776 metros de altura) se puede realizar entre mayo y octubre y requiere de una cierta preparación: no hace falta ser un excursionista experto, pero sí estar acostumbrado a caminar y, por supuesto ir, bien equipado (con ropa de abrigo y calzado de montaña). Entre julio y agosto hay un bus que lleva hasta la quinta estación, desde la que empieza el camino mucha gente. La mayoría salen antes del alba para poder contemplar el amanecer desde la cumbre; una imagen que, aseguran, no se olvida mientras uno viva.

Icono del país, referente espiritual, destino turístico: todas estas facetas hacen del Fujisan una montaña mágica que cautiva a aquellos que lo contemplan desde la lejanía y atrapa para siempre a quienes ponen el pie sobre sus rocas.

Fotografía de Fg2 en la Wikipedia.

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