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Madeira, un trocito de Europa en el Atlántico

Madeira es un trocito de Europa colocado en medio de las aguas del Atlántico: esta isla, situada unos 400 Km. al norte de las Canarias, está bajo soberanía portuguesa, pero el ambiente que en ella se respira es muy distinto al de la península. Conocida como la isla de las flores, estas pueblan las calles de todas las ciudades; y la arquitectura típica, con sus casas de fachada blanca y techo inclinado, le confiere un aspecto único.

Madeira Jardín Botánico 460x332 Madeira, un trocito de Europa en el Atlántico

Aunque Madeira no es muy grande, para conocerla a fondo es buena idea alquilar un coche, ya que de esta forma podremos acceder fácilmente a sus rincones más bellos y escondidos. Estos se encuentran dispersos por toda la isla, pero en coche las distancias son cortas y de esta forma podrás conocer una gran variedad de pueblos y hermosas caminatas a través de los bosques salpicados de riachuelos y cascadas.

La capital, Funchal, es un magnífico mosaico de variados estilos. La prosperidad de la isla gracias al comercio de azúcar y vino ha permitido disponer, a lo largo de los siglos, de capital suficiente para invertir en grandes monumentos decorados con esmero: azulejos, pinturas y esculturas decoran los numerosos palacios e iglesias del casco histórico de la ciudad, por el que uno puede perderse durante horas. La Catedral,la Iglesia de los Jesuitas,la Casa de los Vicentes o el Ayuntamiento son algunos magníficos ejemplos de este esplendor, junto con los bellos jardines botánicos.

Una vez visitada la capital, puedes poner rumbo a varios destinos, dependiendo de cuáles sean tus preferencias. Si quieres ver los pueblos madeirenses más típicos, deberías dirigirte a la costa norte de la isla para visitar las localidades de Faial y Santana (muy cerca el uno del otro) y, más al oeste, Sao Vicente. Calles adoquinadas decoradas con macetas de flores, terrazas con magníficas vistas a las tierras circundantes y palheiros (las casas típicas de Madeira, con techo de colmos y forma de pico) te transportarán a otra época.

Si por el contrario te gusta caminar y quieres conocer la belleza natural de esta isla, no puedes dejar de visitar tres lugares: la reserva natural de Rabaçal, con una red de senderos que transcurren entre el verdor de la selva y los ribetes plateados de las cascadas; el Pico Areeiro y sus alrededores, un paraíso para los amantes de la montaña; y la Ponta Sao Lourenço, en el extremo oriental de la isla, desde donde se pueden disfrutar magníficas vistas de los acantilados y, si el tiempo acompaña, darse un chapuzón en la playa de la Prainha, de arena negra. No en vano, Madeira está considerada como una de las islas más bellas del Atlántico oriental: el tiempo que pases en ella resultará inolvidable.

Fotografía de Hannes Grove en la Wikipedia: Jardines Botánicos de Funchal.

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Comments To This Entry.
  1. Coches 23 noviembre 2011 Reply

    He estado este verano en Madeira y lo recomiendo, es preciosa.

    • Abel Garcia 23 noviembre 2011 Reply

      ¿Sí? Yo tengo ganas de visitarla :)
      Gracias por tu comentario.

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