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Los gondoleros, una profesión única en el mundo

Venecia es una ciudad única en muchos sentidos. Cierto, hay otras ciudades con canales en el mundo, pero ninguna otra tiene góndolas y gondoleros. Esta profesión es una de las señas de identidad de Venecia, y es casi tan antigua como la propia ciudad.

Venecia gondoleros 306x460 Los gondoleros, una profesión única en el mundoLa existencia de las góndolas queda atestiguada desde 1094, aunque es muy probable que antes ya las hubiera, teniendo en cuenta que Venecia fue construida sobre una serie de islas y sólo se podía ir de una a otra con algún tipo de embarcación. Su forma ha cambiado mucho a lo largo de los siglos: en un principio eran más grandes para poder llevar a más pasajeros, y fue a partir del siglo XVII que empezaron a adquirir su forma actual. Las góndolas se siguen fabricando de forma artesanal en los talleres venecianos (puedes ver algunos en el barrio de Dorsoduro), un proceso laborioso que requiere un gran conocimiento de los materiales y una mano de santo: la construcción de una sola góndola puede llevar un año.

Tradicionalmente, las góndolas eran un medio de transporte privado, algo así como los coches y taxis de Venecia, pero en el siglo XX quedaron reducidas a un papel turístico. Entonces la profesión de gondolero, ya estricta de por sí debido a lo complicado de manejar una embarcación tan delicada entre los estrechos canales de Venecia, se volvió mucho más selectiva. Actualmente se entregan muy pocas licencias para nuevos gondoleros cada año, por lo que los exámenes son muy exigentes y el entrenamiento puede durar años. También salta a la vista que la mayoría de gondoleros son hombres: aunque en los últimos tiempos algunas mujeres se han hecho lugar en la profesión, el mundo de las góndolas sigue considerándose principalmente masculino.

¿Y cómo disfrutar de un paseo en góndola en Venecia? Los gondoleros (o las gondoleras, si encuentras una de esas pocas) se distribuyen por toda la ciudad. Todos cobran el mismo precio, ya que funcionan como un gremio, y no vale regatear: es precio fijo. También cabe añadir que se paga por viaje y no por persona (unos 80 euros, algo más si es de noche o el paseo incluye una serenata), por lo que cuantos más seáis más barato os saldrá por persona. Es una gran experiencia, pero puede salir bastante cara si se viaja solo o en pareja.

Una alternativa más barata, aunque mucho menos romántica, es tomar un traghetto: se trata de góndolas que cruzan de un lado a otro del Gran Canal al precio de 50 céntimos por pasajero, un trayecto corto y eminentemente práctico ya que sólo hay cuatro puentes que crucen el Gran Canal. Por cierto, muchos venecianos prefieren no sentarse durante el traghetto por amor propio (eso de sentarse es de turistas), así que si quieres ganarte su respeto (y tienes equilibrio), ya sabes…

Fotografía de Wikipedia.

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