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Le Pouce, el dedo de París

A veces uno va caminando por la calle y sin quererlo y saberlo se topa con un monumento que destaca por todo menos por su adecuación al lugar en el que se ubica. En cualquier ciudad siempre hay algo que choca nada más verlo, algo fuera de lo común que después de darle muchas vueltas sigues sin comprender el por qué de su forma o su situación.

En París, ciudad en la que te puedes encontrar desde los más bellos monumentos hasta los más sencillos puestos de cuadros pintados por artistas, también hay lugar para monumentos como éste. Se trata de Le Pouce (El Pulgar), un dedo gigante que asombra a cualquiera que lo observe de cerca y que, si eres amante de las estatuas extrañas, no te puedes perder.

El nombre escogido para la obra es directamente el del objeto que representa. En francés la palabra ‘pulgar’ es ‘pouce’, siendo ‘Le Pouce’ el título de este extraño monumento. De hecho, la rareza de la estatua no viene dada por lo anormal de la figura, puesto que se trata ni más ni menos de un simple dedo, nada extraño a priori. Sin embargo, lo que impacta de ‘Le Pouce’ es que esté emplazado en una de la calles del centro de París, en medio de un camino por el que se pueden encontrar personas dando un paseo, o grupos de jóvenes haciendo ejercicio montados en bicicleta. Todo es normal hasta que de repente, una gran figura surge desde el suelo.

le pouce 345x460 Le Pouce, el dedo de París

 Le Pouce fue realizado en el año 1965 por César Baldaccini, un autor que creó la obra para una exposición en la capital francesa cuya temática giraba en torno a la representación de las manos. Siendo Le Pouce la mejor obra de esta exposición, el monumento fue conservado y colocado posteriormente en una de las vías del centro de la ciudad parisina. De hecho, y a pesar de que el evento tuvo mucha popularidad, fue Le Pouce el único monumento que fue conservado hasta la actualidad.

Realizado en resina sintética, Le Pouce no sólo sorprende por la originalidad del monumento, sino también por el realismo del pulgar. Si observas la imagen puedes ver como cada uno de los detalles del dedo están representados, pareciendo incluso una mano real, posiblemente de un hombre más bien maduro. La enorme uña y las diferentes rallas dibujadas por la totalidad del pulgar convierte el monumento en una estatua bastante curiosa y original. Eso sí, si lo ves de lejos, no te asustes, no sea que pienses que en vez de un pulgar representa otra parte del cuerpo.

Fotografía de Chris Wilkinson en Flickr

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