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Las áreas de servicio y la crisis

En los últimos años las carreteras españolas han mejorado tanto que, viajes que antes duraban 10 horas, pueden realizarse actualmente en apenas la mitad. Se han construido autopistas y modificado carreteras de todo el país, aunque ello haya conllevado a que en algunas zonas hayan aparecido los tan indeseados peajes. Por todo lo demás,  viajar en coche es prácticamente un lujo: con música de fondo y haciendo paradas cada dos horas, el coche es uno de los medios de transporte más cómodos y económicos. Durante el trayecto, y en esas paradas casi obligatorias, nos topamos con frecuentes áreas de servicio. Sin embargo éstas, aunque necesarias, acaban comportando unos gastos que sí son innecesarios.

Recargar el combustible, ir al baño o simplemente estacionar para estirar las piernas. Las áreas de servicio cumplen con estas tres finalidades y con muchas más. En los viajes largos, tener un lugar en el que parar y descansar, sobre todo para el que va conduciendo, es todo una gozada.

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Aunque podría ser lo mismo parar en un bar en caso de querer consumir alguna bebida o alimento, o bien estacionarse en una gasolinera en caso de necesitar combustible, no lo es. Poder hacerlo todo a la vez sin haber de parar por partes hace más corto el trayecto y menos pesado. Además, una de las grandes ventajas de las áreas de servicio es que están en las mismas carreteras, con lo cual no es necesario salir de las mismas y acercarse al pueblo más cercano por el que se esté pasando.

Consejos para ahorrar

Alguna desventaja tenían que tener. El hecho de que las áreas de servicio estén construidas en las mismas carreteras para no entorpecer en exceso el viaje provoca que, al ser de las únicas que ofrecen comida y bebida a los viajeros, inflen los precios en comparación con establecimientos más modestos como los tradicionales bares de carretera.

La poca oferta pues, provoca un encarecimiento de los productos que hoy en día, en tiempos de crisis, debemos como mínimo intentar reducir. Aunque las áreas de servicio tienen todo tipo de chucherías y comidas empaquetadas, son precisamente éstas las que debemos evitar. Por ejemplo, una tentadora bolsa de patatas fritas puede costar alrededor de un euro en cualquier tienda común. En una estación de servicio, la misma bolsa de patatas vale 3 euros.

Lo mejor para no dejarse llevar por los instintos es comer algo antes de salir de casa. De hecho, nunca es bueno realizar un viaje con el estómago vacío. Sin embargo, el verdadero éxito está en llevarse un bocadillo de medidas considerables para el camino. Nunca sabes cuando puede entrarte hambre. Así, podrás desayunar, comer o merendar por la precisa cantidad de 0 euros. Eso sí, el pan y el relleno deberás comprarlo antes en casa, aunque nunca te costará lo mismo que en el área de servicio.

Y para beber, no os penséis que la mejor opción es comprar. Desde casa, con una nevera de amplias medidas, podrás llevarte contigo latas de refrescos y agua. Eso sí, nunca de alcohol, al menos para el que conduce. Sólo deberás comprar hielo en cualquier gasolinera para que se mantengan siempre frías. Ya lo sabes, coge el coche y utiliza las áreas de servicio con cabeza, sabiendo siempre que la opción más barata es llevándote las cosas de casa.

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