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La Piedra del Trueno, el monolito más grande del mundo

Un traslado épico

A veces, encapricharse en hacer los monumentos de una determinada manera puede traer muchos problemas. Más aún si quien ordena la construcción es una emperatriz, que ya se sabe que pueden ser muy caprichosas: así fue el caso de Caterina la Grande, zarina de Rusia, y del periplo de la Piedra del Trueno.

Monumento a Pedro el Grande 460x304 La Piedra del Trueno, el monolito más grande del mundo

La Piedra del Trueno es una enorme roca que sirve de pedestal a la estatua del zar Pedro el Grande, en San Petersburgo. Con 1.250 toneladas de peso, es el monolito más grande que se haya trasladado jamás, y hay que tener en cuenta que fue tallada: la roca original pesaba 1.500 toneladas. Según la leyenda, la roca es el resultado de un desprendimiento causado por un relámpago, de ahí el nombre de Piedra del Trueno.

El periplo de este monolito empezó en 1768 en Lakhta, un área cercana a San Petersburgo. Caterina, la esposa de Pedro el Grande, había encargado un monumento ecuestre para su marido y pensó que esta gran roca serviría como un hermoso pedestal natural. El plan para trasladarla a la ciudad pasaba por transportarla hasta las aguas del Golfo de Finlandia, a 6 kilómetros de distancia, para embarcarla en barco y remontar el río Neva hasta San Petersburgo.

Piedra del Trueno 460x272 La Piedra del Trueno, el monolito más grande del mundo

La realidad, pero, se demostró mucho más complicada de lo que esperaba: el problema principal, aparte del gran tamaño y peso de la roca, era que el terreno que se extendía entre su ubicación original y el Golfo de Finlandia era pantanoso. La solución la propuso Marinos Carburis, un oficial del ejército que tomó personalmente las riendas del proyecto: esperó hasta el invierno para que el terreno se congelara, hizo construir una vía desmontable hasta la costa y diseñó un enorme trineo metálico que se deslizaba por esta vía, haciendo posible el transporte. Aun así, hicieron falta 400 hombres trabajando durante 9 meses para trasladar la roca. Para no perder el tiempo, durante el viaje se aprovechó para tallar la piedra y darle una forma más elegante.

Finalmente, en 1770 el monolito llegó a San Petersburgo para unirse a la estatua, que es hoy en día uno de los monumentos más importantes de esta ciudad. Sin duda merece admiración, aunque sea por la obra titánica que supuso moverla.

Imagen 1: Monumento a Pedro el Grande.
Imagen 2: Grabado de I.F.Schley (basado en un dibujo de Y.M.Felten), representando el traslado de la Piedra del Trueno. 

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