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La legendaria Dama de Elche

¿Quién no ha bromeado nunca con esas ‘ensaimadas’ de la Dama?

Hay un tipo de cosas  que se consideran eminentemente españolas. En la gastronomía seguramente sea el jamón aquél producto más español; en fiestas, la Feria de Abril o los San Fermines son típicas y tradicionales cada año de tierras españolas. En cuestión de bustos, seguramente aquél más conocido es el de la Dama de Elche, todo un símbolo que fue descubierto en 1897 y que actualmente se expone en el Museo Arqueológico Nacional de España, en la capital española.

Ni más ni menos que de los siglos V y IV a. C está datado este busto íbero de unos aproximadamente 56 cm de altura. Quizás la Dama de Elche por lo primero que sorprende es por su tamaño, pues todos nos la imaginamos mucho más grande de lo que realmente es -¡mide poco más de medio metro!-.

dama de elche 346x460 La legendaria Dama de Elche

Existe una leyenda sobre cómo fue descubierta la Dama de Elche. Ésta cuenta que fue un chico, llamado Manolico, de 14 años –aunque la edad no está comprobada- que, ayudando en las tareas de desmonte de la ladera sureste de la loma de La Alcudia, empezó a excavar en un rato de descanso y la acabó encontrando, apodándola desde ese momento como  ‘Reina Mora’.

La Alcudia era un montículo que antiguamente había sido un asentamiento íbero y había estado casi rodeado por un río. Los romanos lo llamaron Illici Augusta Colonia Julia y posteriormente los árabes situaron la ciudad más abajo, conservando el topónimo de Illici, convertido poco a poco en el actual ‘Elche’. Hoy en día es un yacimiento arqueológico en el que se han descubierto numerosas piezas de valor íberas y romanas, desde un poblado íbero-púnico hasta casas y murallas romanas.

Tallada en piedra caliza, la Dama de Elche tiene en su espalda una cavidad de 18 cm de diámetro y 16 de profundidad en el que posiblemente se introducían reliquias y objetos sagrados como ofrendas al difunto. Está hecha de caliza naranja aunque prácticamente no hay restos evidentes de color, por mucho que diga que, por ejemplo los labios, siguen conservando restos de su color rojo.

Uno de los motivos más representativos de la Dama de Elche, son, además, las joyas características de los íberos que luce. Quizás las más características sean las ruedas que cubren las orejas y que cuelgan de unas cadenas sujetas a una tira de cuero que le ciñe la frente, pues resulta lo más vistoso del busto.

Junto a su palmeral, la Dama de Elche es quizás el mayor distintivo de la ciudad alicantina. Sin embargo, y a pesar de que el busto regresó a su localidad originaria para presidir la inauguración del Museo Arqueológico y de Historia de Elche, actualmente se exhibe en la capital española –aunque incluso fue durante un tiempo una de las muchas obras expuestas en el museo más importante de Europa, el Louvre-. Hoy en día pueden verse varias reproducciones, y en distintos formatos, de la que para los habitantes de Elche siempre será su Dama.

Fotografía de Wikipedia

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