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La Gran Muralla china

Quien visita China se ve obligado a visitar la Gran Muralla. Es conocida alrededor del mundo, todo un emblema de la ciudad imperial, símbolo del espíritu del pueblo chino.

La construcción de “La Gran Muralla China” se divide en varias etapas según las dinastías que la dirigieron, y se calcula que comenzó alrededor del 200 aC. 2000 años tardó en terminarse esta construcción declarada Patrimonio de la Humanidad con más de 7000 kilómetros de longitud.

Tal es su magnitud que existe la leyenda que es la única construcción creada por el hombre que se puede contemplar desde el espacio. Hay quienes dicen que sí, hay quienes dicen que no. Yo, desde luego, no he subido al espacio para comprobarlo. ¡Quién sabe si algún día lo hago!

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En una época en la que los medios para defenderse distaban mucho de los que hay hoy en día, la Gran Muralla tenía la finalidad de protegerse de los ataques de los pueblos invasores. Se construyó aprovechando el contorno natural de las montañas y los valles, y a lo largo de la muralla se fueron situando pasos estratégicos y torres de vigilancia.

En lo alto de los torreones los soldados hacían guardia, atentos a dar la voz de alarma en caso de intrusos. La forma de hacerlo también ha cambiado mucho en la actualidad: consistía en levantar grandes columnas de humo bajo la luz del día, o encender grandes fuegos en la noche, iniciando una cadena de avisos entre las distintas torres de vigilancia.

A día de hoy sólo se pueden visitar algunos tramos de la Gran Muralla China. Uno de los más concurridos, gracias a la proximidad y vías de comunicación con Pekín, es el tramo de Badaling. Se encuentra a 60 kilómetros de la capital, y su acceso es fácil y rápido por carretera.

Sin duda, una vez allí te sientes muy pequeño, rodeado por tanta naturaleza y tanta construcción. Cientos de escalones que te invitan a escoger un camino u otro, en los que encontrarás diferentes atalayas o templos. Además, típicos puestos donde comprar algún detallito o recuerdo, aunque aprovechando la afluencia de turistas suelen ser más caros que en la capital.

Los escalones no son todos de la misma altura, por lo que el ejercicio de piernas será considerable. Ponte un calzado cómodo, coge tu cámara de fotos, y recorre la Gran Muralla. Seguro que vale la pena.

Fotografía de Ofol en Wikipedia

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