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La gran abadía de Monte Cassino

Un monasterio impresionante

La abadía de Monte Cassino, situada a una hora en coche desde Roma, es particular en varios aspectos: es una de las solo 11 abadías territoriales (es decir, que tienen autoridad religiosa sobre un terreno más vasto que la propia abadía) que quedan en el mundo, es la más grande de su tipo, es un antiguo templo pagano y, finalmente, es el origen de la orden benedictina. Todo ello la convierte en un lugar muy particular y a tener en cuenta para quienes les gusta visitar iglesias.

Monte Cassino 460x345 La gran abadía de Monte Cassino

Como hemos dicho, la abadía era en principio un templo pagano, concretamente dedicado a Apolo. Benedicto de Nursia (el futuro San Benedicto) llegó aquí en el año 529, pocas décadas después de la caída del Imperio Romano de Occidente en manos de los godos, e instaló el que sería el primer convento benedictino, recibiendo el cometido de cristianizar un área que seguía siendo mayoritariamente pagana. Como suele suceder, el arte se llevó la peor parte: lo primero que hizo Benedicto fue destruir la estatua de Apolo y el altar.

La abadía de Monte Cassino ganó influencia rápidamente hasta llegar a ser una de las más importantes de la península itálica, favorecida además por su proximidad a Roma. Aunque fue saqueada y destruida en varias ocasiones, siempre fue reconstruida y resurgió de sus cenizas; la última vez, tras la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día es una de las abadías de mayor tamaño que existen en Italia.

El edificio actual guarda poca relación con el original y se han perdido muchos de sus tesoros artísticos, desde manuscritos hasta los mosaicos bizantinos que lució en su época de mayor esplendor. Sin embargo, sigue siendo una visita muy interesante para aquellos entusiastas de la arquitectura religiosa.

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Fotografía de Halibutt en Wikipedia.

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