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La estatua de Oscar Wilde, mirando hacia su casa

Un memorial muy colorido

¿Eres un apasionado de las novelas de Oscar Wilde? En caso de ser afirmativa la respuesta a esta pregunta, Dublín es tu ciudad y el parque Merrion uno de los rincones más especiales que podrás encontrar en ella. Una simpática estatua del autor se convierte en la atracción más popular del parque, un verde espacio que merece una visita ya no sólo para contemplar el monumento a Oscar Wilde, sino por el conjunto del mismo, una zona perfecta para caminar y dejar a un lado lo bullicioso de la ciudad.

El porqué de la ubicación es sencillo. Justo en la esquina del parque Merrion y la plaza del mismo nombre se encuentra la que fue casa de Oscar Wilde desde 1855 a 1878. Ésta, de arquitectura georgiana, se encuentra actualmente en posesión de la American College de Dublín, pudiendo encontrar dentro un pequeño museo que ofrece incluso una visita guiada.

Las otras casas de la plaza fueron residenciales hasta bien entrada la década de los 50. Hoy, en cambio, muchas de ellas son oficinas o son sede de instituciones como el Archivo de Música Tradicional Irlandesa o la Biblioteca Central Católica. Además de estos pintorescos edificios y de la estatua de Oscar Wilde, el parque Merrion también cuenta con otras esculturas y atractivos como el Memorial Rutland, un jardín de brezo con una gran colección de farolas antiguas de Dublín.

oscarwilde 460x258 La estatua de Oscar Wilde, mirando hacia su casa

Muchos son los motivos por los que es recomendable dar un paseo por esta zona verde de la capital irlandesa. No obstante, como decía, vale la pena ver la estatua de Oscar Wilde en persona, pues normalmente es mucho más impactante que observándola desde una simple fotografía o folleto turístico. Quizás lo que más llame la atención es el color de la estatua, pues como podemos ver en la foto, el negro, el verde y el rojo destacan y consiguen un efecto innovador que seguramente gusta a muchos, aunque también provoca alguna que otra crítica de otros.

Oscar Wilde aparece tumbado sobre una piedra entre la maleza, con una cara sarcástica y con una pipa en la mano derecha. En la otra mano, por otro lado, se pueden observar dos anillos, uno de ellos con la típica cucaracha egipcia en tonos verdes. Además del detalle de la cara, que mira en dirección a la casa que lo vio nacer, es importante destacar el diseño tan bien conseguido de los pliegues de la chaqueta y el pantalón. El memorial a Oscar Wilde lo completan dos pequeñas columnas de mármol con frases escritas alrededor de las mismas, recreando la letra original del autor.

Fotografía de Wikipedia

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