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La ciudad fortificada de Carcassone

Si hablamos de los castillos de Francia, es obligatorio mencionar Carcassone. Esta ciudadela fortificada constituye uno de los ejemplos mejor conservados de ciudades de la Edad Media; es más que un castillo: una ciudad medieval con sus calles, murallas y torreones tal y como estaban siglos atrás.

Carcassonne 460x262 La ciudad fortificada de Carcassone

La ciudadela, cuyo nombre oficial es Ciudad histórica fortificada de Carcassone, es uno de los grandes atractivos turísticos del sur de Francia, en la región del Languedoc-Rosellón. La UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1997 y, además, ostenta los títulos de Monumento histórico y Grand site national.

Un poco de historia

La ciudadela de Carcassone tiene su origen en el asentamiento romano de Carcaso, en el siglo I a.C. Durante la pax romana (que duró hasta finales del siglo II) este asentamiento floreció gracias al comercio, ya que por ella pasaba una de las vías romanas más importantes, la Vía Aquitania, que conectaba los Pirineos con la vía fluvial del río Loira.

Tras la caída del Imperio, Carcaso quedó integrada en el reino visigodo de Tolosa y fue un importante fuerte en las batallas entre visigodos y francos. El hundimiento del reino visigodo en el siglo VII dejó Carcassone a manos de los reyes francos, que más tarde serían los fundadores de la actual Francia. Sin embargo, las batallas continuarían hasta el siglo XIII, entre los diversos condados francos y más tarde por las cruzadas contra la expansión del catarismo en la zona de los Pirineos.

¿Y hoy en día?

En la actualidad, la ciudadela de Carcassone es uno de los reclamos turísticos más importantes en el sur de Francia. La mayoría de los edificios dentro de las murallas se han reconvertido en restaurantes o tiendas de souvenirs, que uno puede aborrecer o tomarse como la versión moderna de las tabernas medievales, pero que en cualquier caso garantizan la buena conservación de los edificios.

El Pont Vieux (Puente Viejo) cruza el río Aude y te pone en el camino que se interna en la ciudadela. Una vez dentro puedes pasear por sus calles empedradas, contemplando los edificios medievales; subir a los torreones y a las murallas para disfrutar de las fantásticas vistas sobre la ciudad baja; e imaginar la agitada vida que se desarrolló en su interior.

Fotografía de Greudin en la Wikipedia.

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