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Hong Kong, el puerto de los aromas

La ciudad de los aromas fragantes

Antiguamente se la conocía como “el puerto de los aromas”, ya que era uno de los enclaves más importantes en la ruta de las especias. Su propio nombre significa “puerto fragante”: Hong Kong.

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Hong Kong es una de las ciudades más mágicas de China. Por haber estado en posesión británica desde 1842 hasta 1993, ha conservado una amalgama única entre lo europeo y lo asiático: es la puerta entre Oriente y Occidente; un lugar que, a pesar de formar parte de China, es un mundo completamente diferente. Todo en esa ciudad es único; no hay otra en ese vasto país que posea la misma magia.

Paseando por las calles de Hong Kong uno puede respirar esta diferencia, que se nota sobre todo en dos aspectos: una arquitectura moderna, con grandes rascacielos (que en el resto del país se encuentran en pocas ciudades, como Shanghai); y una expresión cultural que se manifiesta en todas sus formas: la pintura, la música, la prensa y en especial el cine (que tiene como hijos predilectos a Jackie Chan y Bruce Lee). Al haber estado separada de la República Popular durante más de 40 años, desde 1949 el epicentro cultural del país se trasladó de Shanghai a Hong Kong, donde las políticas del gobierno comunista (el arte, como todo, debía estar al servicio del régimen) no podían alcanzarlo.

Para apreciar toda la magnificencia de la ciudad hay que subir a Victoria Peak, desde donde se disfruta de las mejores vistas. Allí se puede ver hasta qué punto es Hong Kong una ciudad moderna: tiene alrededor de 7.650 rascacielos, situándola en el número uno del ranking mundial. Desde Victoria Peak se puede apreciar también la extraordinaria manera en que la ciudad se ha desarrollado entre la orografía montañosa, aprovechando cada recoveco al milímetro; y más allá del puerto, se extienden la isla de Hong Kong y la península de Kowloon.

Entre los rascacielos surgen, como oasis, pequeños rincones de la ciudad tradicional, en su mayoría templos y tiendas antiguas; junto con edificios de la época colonial. Una visita a Hong Kong no puede considerarse completa sin pasar por uno de los tradicionales mercadillos, situados generalmente en calles estrechas de edificios bajos, donde pueden adquirirse los más curiosos objetos y antigüedades.

Hong Kong es una ciudad con un ambiente especial; eso se nota a cada calle. Una ciudad de sensaciones fragantes, que sin duda hace honor a su nombre.

Fotografía de Diliff en la Wikipedia.

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