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Los grandes espacios naturales de Costa de Marfil
El patrimonio en peligro de un país con una espléndida naturaleza
Costa de Marfil, un país cuyo nombre está desgraciadamente asociado al material que se extraía de los colmillos de los elefantes, pugna a día de hoy por conservar un entorno natural muy valioso; pero la acción de los cazadores furtivos pone las cosas difíciles. En este país se encuentran tres importantes parques y reservas naturales catalogados como Patrimonio de la Humanidad, con ecosistemas diversos que albergan especies amenazadas o en peligro de extinción.
La más grande de estas áreas es el Parque Nacional de Comoé, uno de los espacios protegidos más vastos del África occidental, con casi 15.000 kilómetros cuadrados. Se caracteriza por la gran diversidad de sus ecosistemas, desde selvas hasta sabanas, que son el hábitat de especies muy diversas; y un paisaje que cambia al ritmo de las inundaciones del río Camoé.
Seguidamente, encontramos la Reserva Natural Integral del Monte Nimba, situada en la frontera del país con Liberia y Guinea. Este se caracteriza por dos ecosistemas en concreto, los pastos de montaña y el bosque tropical, donde habitan algunas especies endémicas y cuyos habitantes más conocidos, los chimpancés, han aprendido a usar los materiales que el bosque les ofrece como herramientas.
Finalmente, pero no por ello menos importante, el Parque Nacional de Taï es uno de los últimos reductos de selva virgen en África y el hogar de varias especies seriamente amenazadas como el hipopótamo pigmeo, el bonobo o el cefalofo de Jentink (una especie de antílope). Es también un lugar en el que hay que tomar especiales precauciones sanitarias, pues es un reservorio natural para el virus del Ébola.
Como vemos, la riqueza de Costa de Marfil va mucho más allá del material que le dio su desgraciado nombre: unos espacios aún conservados, pero que no por ello se encuentran exentos de peligro y que hay que seguir luchando por conservar.
Imágenes de la UNESCO.
