Stories
Forks, la ciudad que transformaron los vampiros
¿Quién no conoce el escenario de la gran historia de amor de Bella y Edward?
El fenómeno fan es tan sorprendente para las estrellas de cine y televisión como para la misma sociedad en general. En pleno siglo XXI, los flashes y el histerismo en las alfombras rojas de los mejores teatros de Estados Unidos confirman lo que ya sabíamos: por el actor o cantante preferido se puede hacer casi de todo. Las típicas pintadas en las caras o los posters con fotos del personaje en cuestión ya han quedado atrás; ahora otro tipo de experiencias prevalecen a la hora de comportarse como un verdadero y auténtico fan.
Si no que se lo digan a un pequeño pueblo de Estados Unidos que de la noche a la mañana multiplicó el turismo en la zona por un 600%. De hecho, más que de la noche a la mañana, el espectacular incremento de los visitantes se produjo después de que una escritora tuviera la genial idea de crear una historia de vampiros que atraparía a medio mundo y que se convertiría, años después, en una de las sagas más prolíficas de la historia del cine.
En efecto, fue el primer libro de la saga Crepúsculo el que cambiaría por completo el turismo en la localidad de Forks, situada en el estado de Washington. El romance entre un vampiro y una mortal residente en Forks creó una legión de seguidoras/es que se vio aumentada con el rodaje de las películas, ambientadas en Forks aunque realmente rodadas en otros estados como Oregón y California.
Del turismo clásico a los tours por la ciudad
Según el censo del 2007, Forks contaba ese año con 3.120 habitantes. Localidad tranquila donde la hubiera, la economía se sustentó durante muchos años en la industria maderera, lo que explica que uno de los atractivos más importantes en Forks fuera, antes de la creación de Crepúsculo, el Museo de la Madera, situado al extremo sur de la ciudad. Sus playas, la Selva Hoh –uno de los bosques más grandes de todo Estados Unidos- y sus senderos convertían Forks en una ciudad perfecta para descansar y alejarse del mundano ruido.
No obstante, Forks experimentó un cambio sustancial cuando las aventuras de Bella y Edward llegaron al gran público. Pronto, cada uno de los rincones de la localidad que sirvieron de escenario para la historia empezaron a ser visitados por grupos de turistas curiosos por conocer los hipotéticos ambientes en los que se había gestado el amor entre el vampiro y la joven chica. Así, se realizan cantidad de tours que recorren lugares descritos en los libros, desde la casa de los Cullen (la familia de los vampiros) hasta el hospital donde, supuestamente, trabaja el padre de los Cullen. Y es que Forks, después de Crepúsculo, nunca volverá a ser la misma.
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