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La farmacia Esteve, una de las más antiguas de Europa

¿Te gustan los establecimientos antiguos?

Las calles hacen a las ciudades y los comercios a las calles. Las tiendas, los pequeños locales tradicionales y las generaciones de familias que en ellos han trabajado configuran, al fin y al cabo, el día a día de cualquier localidad, más aún si ésta es una pequeña villa donde reina la calma y el tiempo parece no pasar durante todo el día.

Hoy nos trasladamos hasta un pueblo muy particular, un municipio que forma parte de la geografía catalana aunque se encuentra ubicado dentro de Francia. Se trata de Llívia, una histórica localidad bañada por el río Segre que, además del encanto inherente de su núcleo antiguo, alberga un establecimiento que está considerado como uno de los más antiguos en Europa de su tipo.

Es una de las paradas obligatorias de todo viaje a Llívia, y es que observar la farmacia Esteve de cerca –y por dentro- es una atracción difícil de visitar en cualquier otro lugar del continente. El local pertenece a una de las más antiguas farmacias conservadas en Europa, un comercio que ahora ha sido convertido en un museo para que todo aquél que lo desee pueda adentrarse en este histórico espacio de la Baja Cerdaña.

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Siete generaciones de Esteve

La farmacia Esteve es un establecimiento de origen medieval que muy posiblemente fue fundado a inicios del siglo XV. Debe su nombre a sus propietarios, la familia Esteve, que se encargó de la farmacia durante siete generaciones. Sería en 1942 cuando Lleó Antoni Esteve cerró finalmente la farmacia tras instalarse en el pueblo vecino de Puigcerdà, pasando la custodia del local al Ayuntamiento de Llívia y seguidamente a la Diputación de Girona.

Actualmente, la farmacia Esteve es un museo y, como tal, alberga multitud de detalles de un comercio de esa época. Son famosos los conocidos como potes azules (o albarelos), unos recipientes cilíndricos que servían para guardar hierbas y medicamentos varios como pomadas, ungüentos o polvos. También se conserva un armario barroco tallado por el escultor Josep Sunyer y cajas renacentistas con retratos de santos. Sin duda, bien vale la pena un viaje a Llívia para visitar este histórico lugar.

Fotografía de Wikipedia

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