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En busca de las fuentes del Nilo

El río de la vida

El Nilo, el río más largo del mundo. Cuna de la civilización, mantuvo hasta el siglo XIX muchos de sus misterios; el más intrigante de los cuales era: ¿dónde nacía? Hoy traemos una de esas historias que forman parte de las páginas doradas de la exploración: la búsqueda de las fuentes del Nilo.

Nuestra historia arranca en 1857 con Richard Burton y John Speke, dos exploradores enviados a África por la Royal Geographic Society. Su misión: explorar el lago Tanganyika, en Tanzania, y descubrir si se trata del origen del Nilo. La misión, sin embargo, acaba arrojando nuevas dudas: Speke descubre un nuevo lago al que llama Victoria, mientras que, poco tiempo después, Samuel Baker y su mujer Florence descubren un tercer lago al que llaman Alberto.

Así pues, en 1866 se tenía constancia de tres grandes lagos que podían ser el origen del Nilo, pero nadie sabía a ciencia cierta cuál de los tres era la fuente primigenia. La solución más obvia – descender río abajo desde cada uno de los lagos, para ver cuál desembocaba en cuál – no era una opción, ya que las guerras tribales impidieron sistemáticamente hacer el trayecto. De hecho, por la misma razón, hasta años después no se sabía ni siquiera si los ríos que nacían de estos lagos eran verdaderamente el Nilo, ya que nadie había hecho el recorrido entero hasta llegar a Egipto.

Lago Victoria 460x295 En busca de las fuentes del Nilo

“El doctor Livingstone, supongo”

En 1871, un joven reportero llamado Henry Morton Stanley consiguió financiación de los medios de comunicación para explorar los grandes lagos africanos. Stanley partía además con el propósito de encontrar al doctor David Livingstone, que había desaparecido mientras exploraba el lago Tanganyika, el cual creía el origen del Nilo. Al tener noticias de que un hombre blanco habitaba en una de las aldeas a orillas del lago, Stanley se dirigió hacia allí. No le fue difícil encontrar al único hombre blanco de la aldea, al que saludó con una de las frases más célebres de la historia de la exploración: “El doctor Livingstone, supongo.” ¿Quién si no?

Grandes Lagos de África 373x460 En busca de las fuentes del Nilo

Stanley había buscado a Livingstone con la esperanza de que el veterano explorador pudiese arrojar alguna luz sobre el origen del Nilo, pero resultó que sus teorías estaban equivocadas: el río que nacía del lago Tanganyika no era el Nilo, sino el Congo. Pero Stanley, tras descubrir un cuarto lago al que llamó Eduardo, finalmente pudo explorar la zona y deducir que el Nilo nacía en el lago Victoria, para después fluir hacia el Alberto hasta originar el Nilo Blanco, una de las dos grandes ramas del gran río, que se junta con el Nilo Azul en la ciudad de Jartum, en Sudán.

El Nilo Blanco es sólo una de las dos fuentes del gran río: la otra gran rama, el Nilo Azul, se origina en el Lago Tana, en Etiopía. Sin embargo, el Nilo Blanco tiene más del doble de longitud (unos 3.700 kilómetros frente a los 1.450 del Nilo Azul), por lo cual se le puede otorgar el título de fuente del Nilo; y por ende, de la civilización.

Fotografías de Wikipedia: Vista aérea del Lago Victoria y esquema de los Grandes Lagos Africanos.

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