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El lago de Sanabria, nacido de un gargallón

En este lugar, el paisaje se multiplica por dos. El lago de Sanabria refleja en sus aguas todo lo que tiene su alrededor irradiando tanta belleza que no es posible explicarla. Un espacio natural perteneciente a la provincia de Zamora, a 130 km de la capital.

El lago de Sanabria es el mayor  de origen glaciar de la Península Ibérica, con más de 300 hectáreas y una profundidad máxima de más de 50 m,2. Se encuentra dentro del Parque Natural del Lago de Sanabria, un enclave privilegiado donde encontramos varias lagunas dispersas por la sierra. Las cascadas y la extensa vegetación hacen que el lugar sea increíble, dedicar unas horas a pasear por el parque es todo un placer.

800px Sanabria The lake 460x323 El lago de Sanabria, nacido de un gargallón

Su visita es recomendable en cualquier época del año, aunque siempre es mejor aprovechar el buen tiempo para que la visita sea más agradable. En otoño, las copas de los árboles toman muchos matices de colores, proporcionando un juego de colores muy bonito de ver. Sin embargo, es en primavera cuando la vegetación está en su mayor esplendor y con unos colores más vivos.

Además, también hay una bonita leyenda referente al lago de Sanabria. Cuenta la historia que hace muchos años, en el lugar que hoy ocupa el lago, existía un pueblo donde vivía gente poco solidaria, de mal corazón. En una noche de tormenta, un peregrino llega al lugar buscando cobijo. Después de picar a varias puertas y ser rechazado, decide irse del pueblo donde no había nadie que valiese de la pena. Pero antes de salir ve un horno de leña donde hay unas mujeres cocinando pan. Pide si puede resguardarse de la lluvia, y las mujeres no tan sólo aceptan sino que también le dan un panecillo recién hecho.

Agradecido, el peregrino les aconsejó que no saliesen del horno esa noche ya que iba a castigar al pueblo. Antes de salir dijo: “Aquí clavo mi bastón, aquí brote un gargallón”. Acto seguido, empezó a salir agua y el pueblo quedó inundado dando paso al lago de Sanabria, todo salvo el horno que permaneció en una pequeña isla que todavía hoy se puede ver. Todo quedó cubierto de agua, e incluso las dos campanas de la iglesia. Y cuenta la leyenda que sólo pudieron sacar a la superficie a una, y que la otra sigue repicando y puede ser oída por aquellos de buen corazón.

Fotografía de Sergio.solar en wikipedia

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