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El inolvidable Camino de Santiago

Para muchos la experiencia de su vida.  Hacer el Camino de Santiago es considerado por la mayoría de personas que lo realizan un regalo, unos días que serán recordados como de los mejores de toda una vida llena de diferentes y variadas experiencias. Y es que aunque precisamente no sean unas jornadas de relax y descanso, los peregrinos que se atrevan a completar uno de los tramos de esta popular ruta acabarán, tras días de sufrimiento y sobre todo de cansancio, una etapa no sólo con connotaciones físicas sino también emocionales.

Cuenta la leyenda que Santiago el Mayor predicó el Cristianismo por la entonces Hispania romana antes de su regreso a Palestina. Fue en este país donde sería decapitado y, más tarde, sería trasladado su cuerpo de nuevo hasta Hispania, pues según sus discípulos debía ser enterrado en la costa gallega. Desde el siglo IX hasta el siglo XIII, la ruta conocida como Jacobea sería la principal ruta de peregrinación de occidente, más que las de Roma y Jerusalén. Su popularidad también influyó positivamente al país. Y es que gracias al Camino de Santiago, los pequeños e incomunicados pueblos hispánicos pudieron abrirse a Europa enriqueciéndose así cultural y socialmente.

Aunque se trata de una ruta que puede tener varios caminos y etapas, normalmente suele ser llegar a la ciudad de Santiago de Compostela el principal objetivo del peregrino. Allí, y después de los kilómetros recorridos, se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor, siendo la catedral de esta ciudad un lugar de visita obligada para quien se haya atrevido con el largo Camino de Santiago. Será en Santiago de Compostela donde, además, los caminantes deberán mostrar la credencial de la ruta, es decir, el documento que demuestre que se ha andado y ha hospedado en los lugares que en ella se muestran.

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Monumento en Burgos al peregrino

El día a día en el Camino

Para el peregrino el dicho de ‘a quien madruga dios le ayuda’ le acompañará durante todo el viaje. Y es que más que madrugar, lo frecuente es levantarse antes de las seis de la mañana, puesto que es sobre esta hora cuando el caminante empieza la ruta de ese día. Siempre puede empezar el camino más tarde, pero cuanto antes se empiece antes se acabará y es preferible evitar las horas con más sol. Será sobre el mediodía cuando se tenga que ir a buscar un albergue para pasar la noche –cuantas más horas pasen más difícil será conseguir un lugar en el que dormir-. Allí se descansará y empezarán a formarse amistades con las que compartir las heridas en los pies y, en definitiva, las experiencias que marcarán el viaje.

¿Por qué es tan especial?

Muchos y muchos kilómetros, grandes madrugones y enorme cansancio acumulado son tres de los rasgos que caracterizan el Camino de Santiago. Sin embargo, cada vez más gente se decide hoy en día por, mochila al hombro, pasar unos días recorriendo el norte de España. ¿Qué es lo que lo hace tan especial? Muchos argumentan que se trata de una experiencia única con la que es posible conocerse a sí mismo como nunca se ha hecho. Además, se aprende a valorar más todo aquello que nos rodea, así como a pensar en algo necesario de una buena reflexión. Por si fuera poco, los compañeros de viaje amenizarán tu camino, en caso de hacerlo sólo, y con ellos, forjarás grandes vínculos afectivos, pues será la experiencia por sí sola la que te unirá con ellos para siempre.

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