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El destino de los objetos perdidos en los aeropuertos

Las prisas son malas consejeras, eso lo sabemos todos. Si a eso le sumamos ser un poco despistado por naturaleza o tener mala memoria… ya tenemos la ecuación perfecta para olvidarnos algo. Hay varios métodos para intentar recordar algo importante: cambiarse el reloj de muñeca, escribirse algo en la mano o atarse un hilo en el dedo son sólo algunas de las medidas que intentan refrescar la memoria. Sin embargo, cuando estamos a punto de coger un vuelo no pensamos en nada.

800px AeropuertoSevilla 460x345 El destino de los objetos perdidos en los aeropuertos

Cada día se olvidan objetos en los aeropuertos. Al cruzar el control de seguridad nos tenemos que quitar todo lo metálico que llevamos encima. ¿Cuántos se habrán olvidado en la bandeja un reloj, una pulsera, o un cinturón? Muchos esperan a que abra la puerta de embarque intentándose entretener con algo a falta de alguien con quien hablar. ¿Cuántos libros habrán quedado sin dueño esperando en una silla? Objetos perdidos que nadie reclama. Y todo por las prisas.

Pero los objetos perdidos de los aeropuertos no están conformados únicamente por cosas cotidianas. En algunas ocasiones se han llegado a dejar olvidados algunos objetos inverosímiles: ¿qué novia deja abandonado su vestido? ¿Y una silla de ruedas? Sin duda, la lista puede ser larga e increíble. Y esto sin hablar de los equipajes perdidos. No hay nada peor que llegar al destino y ver que tu maleta no pasa por la cinta transportadora, y después de pensar ¿por qué a mí? no hay más remedio que poner una reclamación y resignarse, asimilar la pérdida.

Pero, ¿qué pasa con todos los objetos perdidos?, ¿dónde van a parar? Depende de la normativa de cada país, pero acabará por ser donado, subastado o destruido. En España, por ejemplo, Iberia se encarga de subastar cada cierto tiempo los objetos perdidos que no han sido reclamados, que no han encontrado su legítimo dueño, después de un período de tiempo prudente. Sin duda, es una buena oportunidad para adquirir alguna que otra ganga, ya que al ser de segunda mano el precio suele ser inferior al precio de mercado normal.

Hace poco salió la noticia que un aeropuerto de Nueva Zelanda se desprendía de los objetos perdidos de una manera un poco cuestionable: tirándolos a la basura. Un video demuestra como un operario del aeropuerto arroja a un camión de basura las maletas que nadie ha reclamado. Y pensar que nuestro equipaje puede correr algún día la misma suerte…

Fotografía de Wikipedia

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