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El Coliseo de Roma, restaurado in extremis

La restauración del símbolo de Roma

El Coliseo de Roma, el monumento más emblemático de la capital italiana, se cae a trozos y se intenta salvarlo in extremis. La necesaria restauración del anfiteatro, prevista para la primavera pasada, empezó finalmente el 31 de julio. El objetivo fundamental es la limpieza y consolidación de la estructura, para evitar incidentes como el del pasado invierno, cuando un pedazo del monumento se desprendió.

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Está previsto que las obras se concluyan en un plazo de dos o tres años. Durante este tiempo, el Coliseo seguirá abierto al público, lo cual es una suerte tratándose de uno de los monumentos más visitados del mundo y el segundo de la capital italiana tras el Vaticano. Al término de las mismas, se prevé que puedan abrirse a los visitantes nuevas zonas, hasta ahora inaccesibles al público por motivos de seguridad y conservación.

El Anfiteatro Flavio, nombre oficial del Coliseo, fue erigido por orden del emperador Vespasiano, aunque fue su hijo Tito quien lo completó e inauguró en el año 80 dC, con unos juegos de inauguración que duraron 100 días. El nombre le viene por la dinastía Flavia, a la que pertenecían Vespasiano y Tito, mientras que el sobrenombre de Coliseo se debe al Coloso de Nerón, una gran estatua de bronce que originalmente estaba colocada al lado dela Domus Aurea, la residencia de Nerón que presidía la vista sobre el anfiteatro.

Hace 73 años que el Coliseo no pasaba por una restauración completa. Esta ha sido posible en parte debido a la inversión de la firma de calzados Tod’s, que aporta 25 millones de euros al proyecto; a cambio, se apunta que la empresa obtendrá el derecho exclusivo a usar la imagen del Coliseo como reclamo publicitario durante los próximos 15 años.

Fuente: Efe.
Fotografía de Abel Garcia.

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