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La Cova de Can Marçà

¿Has visto alguna vez un lago verde fluorescente?

Ya hemos dicho en alguna ocasión que la isla de Ibiza es algo más que fiesta y playa. Quizás sólo te interese el turismo de sol y playa pero para no está de más tener unas cuantas opciones en el tintero para visitar por si el tiempo no acompaña o surge algo inesperado.

Por algún motivo que personalmente desconozco, las islas acogen diversas cuevas sorprendentes con formas geológicas en su interior que dejarán a todos aquellos que no saben qué se van a encontrar con la boca abierta. Una de las más famosas en Ibiza es la Cova de Can Marçà, situada en el interior de un acantilado del Puerto de San Miguel, en el término de Sant Joan de Labritja.

La Cova de Can Marçà es un lugar mágico, con unos colores que tan sólo puedes haberlos visto así en tu imaginación. Aunque no tan sólo su interior vale la pena, ya que desde su exterior se pueden apreciar unas vistas magníficas del mar.

Cuesta creer que un lugar tan bello fuese utilizado anteriormente como escondite en la época del contrabando. Aunque realmente… ¿Quién es el valiente que entra en una cueva a investigar sin saber qué se va a encontrar? Tiene una ubicación privilegiada, a unos 40 metros de altura sobre el nivel del mar al borde del acantilado. Sin duda, no es el rincón más accesible del mundo.

La cueva se puede visitar durante todo el año y encontrarás cientos de rincones que querrás guardar para el futuro e inmortalizarás con tu cámara de fotos. Se pueden observar las antiguas formas geológicas, las cascadas y cursos de agua recuperados artificialmente. Pero el exterior tampoco se queda corto. Desde los miradores podrás ver la panorámica del Puerto de San Miguel,  el Pas de s’Illa, la isla Murada y la torre des Molar, símbolos identificativos de Ibiza.

3890409644 6a018e74ba 460x306 La Cova de Can Marçà

El recorrido por el interior de la Cova de Can Marçà dura poco más de media hora y la distancia es de unos 350 metros. No olvides llevar zapato cómodo para poder ir bien por el camino y disfrutar de las estalagmitas, estalactitas y columnas que el agua ha ido formando con el paso de los años.

No puedes olvidarte en la Cova de Can Marçà el lago de los deseos, un lago que posee la cualidad de la fluoresceína. Esta sustancia, descubierta a principios del siglo XX, hace que el agua se ilumine de  un color verde llamativo.

Fotografía de la Cova de Can Marçà de Flickr

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