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¿Cómo sobrellevar los retrasos en el aeropuerto?

¿Qué hacer durante la espera en la terminal?

Lo confieso: en mi último viaje en avión sufrí un retraso de 8 horas. Nunca me había pasado (al menos no un retraso de tal magnitud) y la verdad es que, para los que no estamos acostumbrados a lidiar con este tipo de “daños colaterales”, no se trata de una experiencia que recomendaría ni a mi peor enemigo.

De acuerdo, no es el fin del mundo: tan sólo se trata de esperar a que el avión pueda despegar y, mientras tanto, empezar a programar los días de estancia en el destino (nunca viene mal contar con unas horas para planificar las actividades y visitas de, como mínimo, la primera jornada). Pero no todo es tan bucólico como suena y, a decir verdad, el aeropuerto puede pasar de ser ese lugar que concentra las ilusiones de miles de pasajeros anhelantes de comenzar sus vacaciones a esa “casa” hostil que ni es nuestra casa ni podemos abandonar por problemas en nuestro vuelo.

Todos tenemos en mente la película protagonizada por Tom Hanks “La Terminal”, en la que a un hombre se le impide regresar a su país y, de mientras, decide instalarse a vivir temporalmente en un aeropuerto. Más allá de pasear con la maleta arriba y abajo como si del personaje de “La Terminal” se tratara, pocas cosas parecen poder entretenernos ante un gran retraso como el que sufrí yo (y soy consciente de que los hay peores…). Pero de mi experiencia también aprendí algo, y es que al final, un largo tiempo en el aeropuerto no resulta (o debería resultar) un tiempo muerto desperdiciado.

aeropuerto2 460x345 ¿Cómo sobrellevar los retrasos en el aeropuerto?

Por ejemplo, y aunque pueda parecer algo secundario, un retraso puede ayudarnos a entablar conversación (¿quién sabe si incluso amistad?) con pasajeros de tu mismo vuelo. Quizás lo mejor que pude hacer durante mis horas de espera fue hablar con personas que, como yo, estaban algo angustiadas por un retraso que se demoraba más de lo normal. Parejas de novios, familias con hijos pequeños y, lo mejor, pasajeros de regreso a su país con los que no siempre era fácil entenderse.

Otro aspecto que hizo mi espera mucho más agradable fue el de que la compañía nos ofreciera desayuno y comida gratis en alguno de los establecimientos del aeropuerto. No sólo porque los precios del aeropuerto son prohibitivos, sino porque se agradece que ante una situación así la compañía supiera reaccionar “bien” y tuviera en cuenta en todo momento las necesidades de los pasajeros.

Por último, vale la pena ante este tipo de situaciones dejar relucir nuestro positivismo (aunque esté oculto entre quejas y resignación) y pensar que si no hemos podido salir puntuales es porque (en caso de problemas técnicos en el avión) es prioritaria, ante todo, nuestra seguridad. Más pronto o más tarde, el avión despegará y por fin, llegará el momento de iniciar nuestras vacaciones en el destino.

Fotografía de Wikipedia

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