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Cheverny, un castillo de cómic

¿Quieres conocer el castillo de Tintín?

A orillas del río Loira, cerca de la ciudad francesa de Blois, se alza uno de los castillos más representativos de esta zona: el castillo de Cheverny. Su silueta, a primera vista, les será muy familiar a los amantes del cómic europeo: y es que Georges Remi (más conocido como Hergé), el creador de Tintín, se inspiró en Cheverny para dibujar el castillo de Moulinsart, residencia del Capitán Haddock.

Castillo de Cheverny 460x306 Cheverny, un castillo de cómic

El castillo se empezó a construir a principios del siglo XVII, siendo uno de los primeros ejemplos de la arquitectura palaciega moderna en Francia. Sin embargo, pasó por diversas renovaciones que se mimetizaron perfectamente con las secciones ya existentes, hasta el punto que hoy en día resulta muy difícil establecer qué partes del castillo pertenecen a la estructura original y cuáles fueron añadidas a posteriori.

Perteneció en un principio a Henri Hurault, conde de Cheverny, del cual le viene su nombre. Tras serle expropiado por la Corona francesa, pasó por diversas propiedades, tanto del Estado como particulares, para acabar volviendo a manos de la familia Hurault. En 1914, los propietarios lo abrieron al público para que la gente pudiera visitarlo, algo que ahora es común pero que en aquella época era bastante inusual.

La verdad sea dicha: de no ser por el gancho de Tintín, el castillo en sí no es nada del otro mundo, y en el valle del Loira se pueden encontrar castillos mucho más impresionantes (como el cercano castillo de Blois, sin ir más lejos). El mayor atractivo es el comedor, donde una serie de paneles de madera ilustran la historia de El Quijote, que gozaba de gran popularidad cuando fue construido el castillo.

Sin embargo, el encanto de Cheverny no está dentro de sus paredes, sino fuera: el castillo está rodeado por un extenso jardín y un bosque de cien hectáreas; y una alameda bordea, a lo largo de seis kilómetros, el camino que lleva al castillo. Un lugar ideal para sumergirse en la tranquilidad de la campiña francesa.

Fotografía de Jean-Christophe Benoist en la Wikipedia.

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