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Castellfollit de la Roca, un pequeño pueblo en las alturas

De ruta por la Garrotxa

A penas tiene 1.000 habitantes y es uno de los pueblos más singulares de Cataluña. De hecho, no sólo es poco poblado sino que, además, ocupa menos de un kilómetro cuadrado de superficie, siendo por tanto uno de los municipios más pequeños -en función de la extensión-  de la comunidad catalana y, en realidad, de toda España. Su nombre es Castellfollit de la Roca y, como su propio nombre indica, es un pueblo en el que la roca o la piedra están muy presentes.

¿A caso no es espectacular que toda una localidad se encuentre situada justo al borde de un considerable precipicio? Y si, además, esta especie de barranco se encuentra ubicado en la confluencia de dos ríos, el resultado no puede ser más fascinante. Para verlo no hace falta nada más que viajar hasta la comarca catalana de La Garrotxa y acercarse al Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, del que forma parte.

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Castellfollit de la Roca está situado a 46 kilómetros de la capital de la provincia, por lo que se podrá alquilar un coche en Girona y aprovechar para visitarla. El pueblo, limitado por los ríos Fluvià y Toronell, es desde tiempos inmemoriales uno de los que más admiración despierta entre los turistas que recorren la zona, una estampa fotografiada y filmada desde muchos ángulos y desde muchos teleobjetivos distintos.

Y aunque Castellfollit de la Roca puede servir como un estupendo mirador desde el que contemplar unas vistas inmejorables de los valles de la zona, si hay un punto de vista que merece la pena observar es desde el otro lado de la pared basáltica, que lo separa del suelo a más de 50 metros de altura y con casi un kilómetro de longitud. Un riscal creado por la erosión de los dos ríos sobre los restos volcánicos milenarios; una superposición de dos coladas de lava de aproximadamente 200.000 años de antigüedad. Asimismo, la solidificación de la lava se traduce en una roca de gran dureza, el basalto, que tiene la particularidad de adoptar diferentes formas en función del proceso de enfriamiento y contracción de la lava.

Un espectáculo visual totalmente recomendable para los amantes de los fenómenos naturales y, en general, para todos aquellos que quieran disfrutar de un pueblo que, además, en su casco antiguo, de origen medieval, está formado por pequeñas plazas y calles estrechas, con casas de piedra volcánica, unos aspectos que lo convierten en uno de los municipios más encantadores de Cataluña. Además, Castellfollit de la Roca entraña, por sí mismo, multitud de curiosidades que no todos los turistas conocen. ¿Te interesan? Espérate al domingo y descúbrelas, eso si no has aprovechado ya el fin de semana para viajar hasta este maravilloso pueblo catalán.

 Fotografía de Wikipedia

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