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La Casa del Príncipe, un ejemplo de arquitectura burguesa

¿Creíais que Valladolid no tenía edificios bonitos?

Aunque a veces creemos que las más bonitas obras arquitectónicas se encuentran en las ciudades más turísticas, esto no acaba de cumplirse en algunas localidades españolas. Es el caso de Valladolid, que cuenta con más de un edificio monumental que nada tiene que envidiar a los consistoriales bloques de pisos madrileños o  a las modernistas construcciones del Paseo de Gracia catalán. El más claro ejemplo es el del edificio residencial llamado ‘La Casa del Príncipe’, un ejemplo de la arquitectura residencial burguesa en Valladolid.

Sin duda el turista que esté de visita en Valladolid no dejará de acercarse a la que posiblemente sea la calle más atractiva de  la ciudad. Es la Acera de Recoletos –vía en la que se encuentra la Casa del Príncipe-, uno de los principales paseos de la localidad. Ésta comienza en la Plaza Zorrilla y termina en la Plaza de Colón, acogiendo más de un edificio representativo, como es el caso de la Casa del Príncipe o la Casa Mantilla, una construcción de finales del siglo XIX que, al igual que la primera, es perfecto paradigma de la arquitectura burguesa de la ciudad.

450PX 1 345x460 La Casa del Príncipe, un ejemplo de arquitectura burguesa

Reflejo de la sociedad

Si hoy en día la Acera de Recoletos es una calle con evidentes símbolos de la clase burguesa de principios del siglo XX es porque ésta se adueñó de la vía a finales del 1800. Y es que en 1835 se produjo la famosa desamortización de Mendizábal, que tuvo un impacto enorme en el futuro desarrollo de la Acera de Recoletos, constituida hasta entonces por gran cantidad de órdenes religiosas que habían edificado sus conventos allí. Poco a poco, las familias burguesas se fueron estableciendo en la vía, construyendo imponentes casas que aún hoy se conservan a la perfección.

La Casa del Príncipe empezó a construirse en 1906, durando las obras poco menos de dos años. El edificio está constituido alrededor de un espacioso patio interior situado en el centro del solar, similar al de edificios modernistas como la Casa Milà de la capital catalana. No obstante, es su fachada aquello que más atención llama de la Casa del Príncipe. Lo que más resalta de ella es el torreón de la esquina, de forma cilíndrica y con abundantes elementos vegetales y orgánicos que le aportan verticalidad y terminan de manera notable en una cúpula superior, elemento más alto del edificio.

Así, estos adornos vegetales pueden mostrar una clara vinculación con el estilo modernista, aunque predomina el ecléctico con referencias a otras tradiciones como la mudéjar o el estilo beaux-artiano francés. Asimismo, una influencia rococó completa la variedad de estilos que caracterizan la Casa del Príncipe. Si se quiere ver esta belleza arquitectónica en pantalla, basta con ver proyectada la película “Un buen día lo tiene cualquiera”, rodada en 2007 y filmada en Valladolid.

Fotografía de Wikipedia

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