Stories

La Casa de las Conchas y el amor de Justa por el mar

El símbolo por excelencia de Peñíscola es su castillo, una imagen que todos solemos asociar no sólo a esta localidad ubicada al norte de la Comunitat Valenciana sino prácticamente a todo el litoral mediterráneo. Y es que esta construcción le otorga una singular personalidad a esta villa de la Costa Azahar, una fortificación que, de alguna manera, nutre a todo aquello relacionado con Peñíscola. Sus casas, sus comercios y su gente no sería lo mismo sin el Castillo de Papa Luna, aunque tampoco muy posiblemente lo serían sin el edificio que hoy presentamos, una particular casa con una fachada vinculada a la historia que la acompaña.

A la práctica, hablar del edificio que hoy nos ocupa es hablar del castillo de Papa Luna. Y es que, aunque realmente no es una pertenencia de la fortificación, entra dentro del espacio que ocupa. Es la Casa de las Conchas, un edificio en el que, como su propio nombre nos indica, el elemento que más resalta es el de la fachada, compuesta por cientos y cientos de conchas.

Para encontrar la Casa de las Conchas habrá que caminar por la avenida Papa Luna de Peñíscola hasta llegar al castillo, punto en el que habrá que empezar a ascender hasta prácticamente la parte más alta de la construcción. Allí, entre estrechas calles empedradas y antiguos comercios de souvenirs típicos, encontramos la Casa de las Conchas, un nombre totalmente apropiado pues son éstas las que le proporcionan fama y las culpables de que todo turista que pasa por la zona descubra, atónito, la singularidad de la construcción.

lacasadelasconchas 345x460 La Casa de las Conchas y el amor de Justa por el mar

Visionaria del turismo en Peñíscola

La Casa de las Conchas es importante en Peñíscola por ser uno de sus atractivos turísticos. A pesar de ello, y aunque mucha gente lo desconoce, esta casa, y más concretamente su propietaria podría ser considerada como una de las personas más ilustres de Peñíscola. Y es que a pesar de que seguramente no cuenta con el reconocimiento merecido, la mujer en cuestión, llamada Justa Mir, se convirtió, sin quererlo, en la primera promotora del turismo en la localidad.

Esta historia empezó a principios de la década de los 50, cuando un matrimonio con tres hijos vecinos de Peñíscola empezaron a tener que buscar alternativas de trabajo por el mal momento económico por el que pasaban. A la mujer, Justa, se le ocurrió entonces aprovechar la llegada de los primeros turistas para ofrecerse como una improvisada guía turística, la primera de la localidad. A cambio de la voluntad, Justa emprendió este proyecto, siendo la pionera en prever el potencial turístico de Peñíscola.

Con los ahorros que consiguió la mujer –su marido estaba enfermo y apenas podía trabajar- la familia comenzó a construir en una pequeña parcela adquirida la actual Casa de las Conchas. Y fue el amor por la naturaleza y por el mar el que propició que Justa hiciera un trato con los pescadores de Peñíscola: ella les conseguiría tabaco a cambio de conchas, totalmente autóctonas, que conformarían la fachada principal del edificio.

Dicho y hecho: en 1961 la Casa de las Conchas –con una estructura arabesca y un escudo del Papa Luna en honor a los orígenes de la localidad- fue finalizada. Asimismo, Justa montó la primera tienda de souvenirs frente a la casa, ayudando también a esta imagen de promotora de turismo que desde siempre y hasta su muerte la acompañó.

Fotografía de la página en Facebook de la Casa de las Conchas

Si quieres puedes seguir a ReservasdeCoches.com Google+ o a Frenchy, uno de los administradores de este blog de viajes y destinos.

Deja tu comentario