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Cabinas de teléfono reconvertidas en bibliotecas

¿Prefieres llamar o leer un libro?

El siglo XXI es una época de sustituciones. El cassette desapareció para dar paso a los modernos reproductores mp3 y a los omnipresentes Ipod’s. Las máquinas de escribir quedaron obsoletas con el surgimiento del revulsivo ordenador, así como sucede con las cabinas de teléfono, que ya casi no se usan al disponer, prácticamente todo el mundo, de un teléfono móvil.

Pero las cabinas de teléfono, a diferencia de los productos, no son tan fácilmente eliminables, pues forman parte del mobiliario urbano de muchas ciudades del mundo. De hecho, no podemos decir que se hayan extinguido completamente, de vez en cuando aún seguimos recurriendo a ellas, pero tan poco, tan poco, que en los últimos tiempos ya son varias las personas que intentan encontrarle una alternativa a la funcionalidad de las cabinas de teléfono.

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En la Gran Manzana…

¿Cuántas veces hemos hablado de Nueva York? ¿Qué decir de la ciudad que nunca duerme, de la Gran Manzana, de la 5ª avenida y sus imponentes rascacielos? Es una ciudad de película, de glamour y tendencias, de turismo y de frenética actividad, razones por las que vale la pena alquilar un coche en Nueva York y visitarla.

Sin embargo, la ciudad de la innovación también alberga legendarias cabinas cuyo uso es más el de decorar que el de servir como teléfono de emergencia para la ciudadanía. De ahí que uno de los arquitectos más populares de la ciudad, John Locke, haya ideado un plan para que las cabinas de teléfono vuelvan a tener el protagonismo de antaño.

Cabinas ‘inteligentes’

La idea de Locke se basa en la reutilización de las cabinas de teléfono neoyorquinas. Y es que este arquitecto ha descubierto una forma con la que las antiguas cabinas de teléfono sirvan para algo más que para refugiar de la lluvia al descuidado neoyorquino sin paraguas: reconvertirlas en pequeñas bibliotecas, con estanterías empotradas.

Cabinas repletas de libros que pueden ser prestados o intercambiados; todo sea para fomentar la lectura y, al mismo tiempo, aprovechar un mobiliario que en los últimos años había pasado a ser un mueble de la Gran Manzana sin uso. ¿Qué te parece esta culturización del mobiliario urbano?

Fotografía de la página oficial de John Locke

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