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Asís, el corazón espiritual de Italia

La región de la Umbría, en Italia, es un lugar que parece detenido en el tiempo. Una tierra de colinas y pueblos con sus casas de piedra, donde la vida aún transcurre como años ha. Es en este escenario donde se encuentra, tan inmersa en la calma como los demás pueblos de la región, la localidad de Asís.

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Este es el corazón espiritual de la Umbría, más allá de su capital política, Perugia, pues el pueblo es el lugar de nacimiento de uno de los santos más célebres del cristianismo: San Francisco de Asís, patrono de los veterinarios y de los animales. El pueblo le debe su fama y, a pesar de que el santo amaba la tranquilidad, es a causa de él que hoy es un lugar de peregrinaje religioso y también turístico.

Asís, a pesar de su poca población (unos 25.000 habitantes), cuenta con un importante legado de edificios religiosos. El más famoso de ellos, la Basílica de San Francisco de Asís, es Patrimonio de la Humanidad y no es para menos: en su interior alberga una gran riqueza pictórica, con frescos representando la vida de San Francisco y techos policromados. La enorme Basílica de Santa María de los Ángeles y la antigua iglesia de Santa Maria Maggiore vienen a completar la tríada de edificios religiosos más importantes de Asís; sin contar el convento de Santa Clara, al que no se puede acceder por tratarse de un convento de clausura.

Pero la gente no sólo acude a Asís para visitar estos lugares, sino otro mucho más significativo: el lugar donde vivía San Francisco, en el bosque. El santo hizo de la sencillez su forma de vida, y cuentan que por ese motivo se retiró a vivir en una cueva. En lo profundo del bosque, ahora fácilmente accesible por un camino, hay una roca conmemorativa donde la gente acude a buscar la inspiración del santo en busca de la paz de espíritu, y muchos dicen encontrarla. Se dice que cerca de allí se encuentra el árbol donde dio su famoso sermón a los pájaros.

Asís es el corazón de la región conocida poéticamente como “el corazón verde de Italia”; un lugar donde la gente acude a encontrarse consigo mismo, a conectar con la naturaleza y la esencia de la vida cuando se sienten perdidos. Puede que, al fin y al cabo, algo de santo tenga este lugar.

Fotografía de Roberto Ferrari en la Wikipedia.

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